Cómo darle lógica a las casualidades de un festival de cine como el de San Sebastián. Este jueves los protagonistas de la Sección Oficial eran Colin Farrell y José Luis Guerín, en principio dos universos alejados… o no. El primero presentó ‘Maldita suerte’, en … la que da vida a un ludópata completamente perdido y desquiciado entre las cartas y las suites de Macao. En palabras de su director, Edward Berger, el mismo que el año pasado estuvo por aquí con ‘Cónclave‘, el personaje de Colin Farrell es «un alma en pena». Y, claro, irremediablemente la mente viaja a ‘Almas en pena de Inisherin‘, el mejor papel de Farrell en la última década. Y de esa Inisherin -lugar mágico que remite dos islas reales de Irlanda- a Innisfree, otro lugar lleno de cine y leyenda en la que John Ford imaginó a su ‘hombre tranquilo’ y a la que fue José Luis Guerín a reunirse con los sobrinos del genio del wéstern en su película ‘Innisfree’.
Si José Luis Guerín ha vuelto al cine tras una década de silencio con ‘Historias del Buen Valle’ [lea aquí la entrevista por la película], el bueno de Colin Farrell no ha tenido ni diez minutos para descansar: ha firmado 22 películas y dos series desde 2015. Normal el cansancio en una cara que, en realidad, parece anclada en un tiempo suspendido, como si eso de «no pasa el tiempo por ti» adquiriera un nuevo significado bajo su pelo negro tizón.
El intérprete dejó un momento divertido en la rueda de prensa cuando una compatriota le preguntó por la parte irlandesa que había aportado al papel de este tipo tan despreciable. «Para preparar un papel tienes que hacer una especie de aritmética en la que sumas experiencia con imaginación… Pero aquí hago a un ludópatada, y no he tenido que ser un ludópata para interpretarlo», dijo, obviando esa parte negativa de «irlandés» que le querían endosar.
«Me gustó interpretar a un personaje malvado. Él representa lo que es la pérdida del alma. Está sin brújula, sin rumbo, al borde de caerse al vacío de su propia insignificancia. Y una de las cosas que me gustó del guión es que no había una historia de trasfondo, conocemos a este tipo en el presente, es alguien que vive entre mentiras y de manera muy extrema… como muchos adictos, nadie se puede fiar de él», explica el actor, que contó que pasó varias jornadas con jugadores en Macao para entender el funcionamiento pero que, «por fortuna», «el juego es una adicción que nunca ha afectado ni a mi cabeza ni a mi bolsillo, ni se me ha acercado». «Estuvimos en Macao, en una de las salas privadas de un casino muy importante de allí, y el director nos contó que en cuatro horas esa gente había perdido 24 millones de dólares», remató.
Por su parte, Berger, que tampoco ha dejado de trabajar desde su ‘boom’ con ‘Sin novedad en el frente’, ha dicho que el jugador empedernido al que interpreta Colin Farrell iba a ser un actor inglés, hasta que hablando con Farrell en la sauna del hotel durante la carrera al Oscar entendió que lo ideal para un farsante como éste era tener a un irlandés haciéndose pasar por Lord inglés. «Fue una ironía absoluta», dijo.
Pese a todo, Berger aseguró que el filme en realidad no va sobre un ludópata sino sobre «un hombre que busca la paz interna, busca su camino en un mundo lleno de muchísimas cosas materiales», remató. A lo que Farrell añadió que él había tenido la suerte de disfrutar esos bienes materiales en su vida privada, pero que «en realidad la felicidad nace dentro de ti, no de lo que tengas».
También habló de la suerte, clave en la vida de cualquiera: «No podemos elegir cómo la suerte afecta a nuestra vida, te topas con ella, te encuentra, y luego lo haces lo mejor posible», ha reflexionado, para añadir que, a su juicio, la clave está en «servirte a ti mismo, a las personas que quieres y a tu comunidad». «Alguien que vive en una mansión en Bel Air puede perder una apuesta y decir ‘qué mala suerte tengo’… imaginate qué ironía. La suerte es muy subjetiva».