Vuelve la Ryder Cup. Un combate que bien recuerda Costantino Rocca (Bergamo, 1956), tres ediciones a sus espaldas, con dos victorias, una de ellas, 1997, en Valderrama, donde firmó una obra de arte contra el mismísimo Tiger Woods. Tuvo que ser allí, en Sotogrande, delante … de un Severiano Ballesteros (capitán) que no podía creerlo. «Su carisma era especial. Le hacía diferente a todos», rememora.
-¿Juega al golf aún?
-Sí, un poco. Algún torneo en el Senior Tour. Me hace estar bien, en forma, y no perder contacto con mi gran pasión.
-Usted fue un golfista tardío. Jugó la su primera Ryder, con 37 años.
-No fue fácil para mí el debut. El entonces capitán (Bernard Gallacher) me hizo jugar sólo el sábado (pareja con James). Yo era un rookie. Perdimos, claro, aunque fue una experiencia positiva. Torneo grandioso que debes jugar para la escuadra, y no para ti. Vi y conocí la alegría, el dolor… Cosas que, si no la disputas nunca, es difícil presenciarlas tan exageradamente.
-La Ryder 2025 llega a Nueva York, donde han dilapidado el romanticismo de la cita. Los golfistas percibirán medio millón de euros por participar (una parte destinada a fines sociales).
-¡Qué mala suerte tuve yo! Bueno, ya sin bromas, el mundo cambia. Sí comparto que si ganas te lleves un premio, pero un bono solo por participar… No lo sé. No creo que los golfistas, especialmente americanos, necesiten esta cifra.
-Tiger Woods dice que el espíritu ya no es igual.
-Es verdad. No nació así. La Ryder es competir por un trofeo que puedes tener en tu casa dos años, y después lo vuelves a dejar en su sitio original. Tampoco creo que sea necesario este dinero para llevarlos a jugar. Cambia el espíritu, y eso podría ser peligroso. ¿Quieres destinar dinero a ONGs? Bien, pues que los ganadores donen una parte de su premio final (en torno a nueve millones de dólares) para ayudar a familias, para crear torneos más accesibles… Pero bueno, tampoco me sorprende. Sabemos en qué mundo vivimos hoy día.
-Para esta Ryder, el capitán, Luke Donald, defiende título con golfistas de solera (Rose, Fleetwood, Mcllroy, clasificados por decreto) y otros como Lowry, Fitzpatrick o Jon Rahm…
-Golfistas tótem con una importante experiencia de Ryder la gran mayoría. Hay también que tener cuidado con los jóvenes, cómo se gestionan… Me refiero a no hacerles jugar sus hoyos el último día como sucedió conmigo.
-¿Se refiere a Hovland y Aberg?
-También el debutante Rasmus Hojgaard. Si yo fuera capitán, le pondría a jugar enseguida con otro que atesore más experiencia. Sí, efectivamente, no esperar hasta el final, con toda la presión encima para uno con poca experiencia en este torneo.
-De hecho, en su primera Ryder, siempre dijo que le habría gustado jugar con Olazábal en lugar de con James (perdieron 5-4 contra Pavin-Gallagher).
-Efectivamente. Recuerdo que James no estaba muy en forma. Con Olazábal habría dado lo mejor de mí, habría tenido más confianza. Hay que saber hacer parejas con cierto criterio. Por favor, siempre con todos los respetos para James, pero José María era otra cosa.
-¿Y qué dice del equipo americano?
-Tienen siempre un gran plantel donde elegir. El tema es que si no escoges bien las parejas para que encuentren la sincronía y complicidad, ya sabes, puede ser peligroso. Individualmente son maravillosos, pero son golfistas que no es que se vean precisamente todos los días. El factor casa juega a su favor y tienen cinco o seis buenísimos, pero nosotros también. Todo dependerá de la sintonía que encuentren en pareja.
-En las últimas diez ediciones, Europa ganó siete. Eso sí, en total suma 16, aún lejos de las 28 estadounidenses.
-El factor diferencial es que nosotros no somos tan individualistas. Tienes que dominar tu estilo, pero también comprender el de tu compañero. Atender, empatizar con él. Si juego con Ian Hodgson (mentor y ‘coach’ de Rocca) y no paro de tirar el ‘drive’ al ‘rough’ y no al ‘green’… Así es imposible ganar. Incluso si lanzo con un hierro 5, tendré siempre la posibilidad de colocar la bola allí cerca. ¿Entiende?
-¿Qué opina de Rahm? En su aventura árabe, 550 millones de dólares mediante, parece haber menguado el rendimiento respecto a cuando competía en el PGA americano.
-El juego allí es distinto, pero el talento no se discute. Lo demostró el último día del PGA, disputado en julio (victoria final para Scheffer). Hizo una vuelta magnífica con golpes excepcionales. Sí, quizás allí gane mucho dinero. En realidad, hace su trabajo como cualquier futbolista o jugador de baloncesto. Normalmente van donde más les paguen. El golf está cambiando también.
-¿Está de acuerdo?
-Si me pides una opinión, creo que haría como en el tenis: están los ‘majors’, los Másters 1.000… Y tienes que clasificarte. Para ello hay que competir siempre al máximo nivel. Dicho esto, donde está Jon es una buena experiencia, con mucho dinero. Si en dos años no lo haces bien, imagino que te echarán, pero no lo sé. Lo único claro es que te aseguras la jubilación.
-En 1995, el capitán le dio a usted más confianza. La edición de Faldo y Ballesteros llorando por la victoria de Europa, que no partía como favorita.
-En la Ryder hay que dar siempre el 120%, y debes tomar decisiones complicadas en cada momento. Requiere un equilibrio físico y mental importante. Sí, las estadísticas de todos nosotros siempre están ahí, pero decidir si tienes que tirar con madera 3 para meterla en ‘green’ o jugarla adelante son cosas que se deciden rápidamente en el momento. La emoción, la espontaneidad, las cosas más improbables… Todo está allí.
-Valderrama, Sotogrande, 1997.
-El ambiente era excepcional. No sé si fue la más bonita de todas, pero casi. Un país latino que jamás la había celebrado. Solo la había visto por televisión hasta entonces. Un tifo todo para ti, algo maravilloso. Una semana que se recordará para siempre. Mágico.
-En Europa estaban Faldo, Montgomerie, Johansson, Olazábal… Y Ballesteros, el gran capitán. ¿Cómo era?
-Sin disminuir a nadie, el carisma de Seve era único, especial, diferente al resto. Cuando llegamos y entramos en el ‘meeting room’, nos dijo: «Aquí no hay números uno». Sabes, decir eso delante de Faldo, Chema… Quiero subrayar su carácter, su carisma, su capacidad de dirigir. Esas palabras se quedaron dentro de mí para siempre.
-Hablemos de su obra de arte contra Tiger Woods, que debutaba en una Ryder. Usted ganó 4-2, pero lo de ese hoyo 16 (par 4) para sacar la bola de ‘rough’… Ballesteros dijo que buscara la calle lo antes posible y esperara un error del americano. Usted lanzó un golpe muy bajo, golpeó la testa del búnker, y el resto es historia. Victoria final: 14,5-13,5.
-Todo fue una gran construcción en una semana. Jugando con Olazábal perdimos un ‘match’ en el último hoyo, pero después ganamos siempre. No se vencen todos los días a parejas como Love-Couples o Love-Mickelson. Todo esto me dio confianza para el partido contra Tiger. Me aconsejaron que no mirara tanto su juego sino me que centrara en el mío. Traté de meterle presión a este fuera de serie.
-Sergio García fue el ‘rookie’ más joven (19 años y 258 días). Alberga diez participaciones entre 1999 y 2021, y tiene el mejor promedio europeo de siempre. En dobles, 21 victorias. Siempre invicto cuando jugaba con Lee Westwood.
-Cuando está en el campo parece como si no estuviera. Es decir, llega, hace su trabajo y se va. Personaje importante para el ‘team’, alguien que jamás se rinde, un luchador. Gran jugador, con garra, cada vez con un juego mejor… Comenzó como prodigio; terminó como leyenda. Vosotros, españoles, tenéis muchas leyendas. Sí, ya lo creo.