Lo que comienza como anatomía de una infidelidad abandona lo corpóreo y se convierte de repente en filosofía pura, en análisis de un conflicto ético desde el centro mismo de esa experiencia truncada. El amante de una mujer casada fallece en un accidente fortuito y destapa una incómoda sucesión de desórdenes tranquilos pero profundos. Que ni siquiera lleguen nunca a estallar es parte del encanto contenido de una película que intenta siempre encontrar un camino para desentrañar el nudo que arrastra la protagonista

La sobriedad y el estatismo que presenta Takuya Katô (Seven orifices, muy cercano a temas y tempos (comparte intérprete de banda sonora) de Drive my Car), se unen a los silencios y el hieratismo que nos regala la interpretación de Mugi Kadowaki en un filme tan sencillo que no tiene doble fondo, y donde la mayor sorpresa resulta descubrir que ni siquiera es culpable de traicionar a su cargante (en los estándares japoneses) marido. Sigue volando no se dedica a separar en buenos ni malos, pero sí señala las diferencias. Mientras, no oculta su gozosa voluntad de mostrarnos un recorrido más estético que costumbrista por cafeterías y restaurantes que harán las delicias de los cazadores de encuadres minimalistas

Título ‘Sigue volando’

  • Director

    Takuya Katô

  • Género

    Drama

  • País

    Japón

  • Sinopsis

    Después de la repentina muerte de su amante, Watako vuelve a su vida de casada guardándose para sí su pasado de infidelidad. Pero cuando resurgen las emociones que creía haber enterrado, decide enfrentarse a la realidad.

  • Guión

    Takuya Katô

  • Duración

    83 min

  • Distribuidora

    Adso Films

  • Estreno

    26 de septiembre

  • Reparto:
    ​Mugi Kadowaki, Shôta Sometani, Haro Kuroki

'Sigue volando'