Madrid
Hasta 158 empresas ocupan la nueva lista de la ONU de entidades con negocios en zonas ocupadas de Cisjordania. De la lista de 2023 han salido 7 nombres, entre ellos la agencia de viajes española eDreams ODIGEO, pero se han añadido otros 68, entre los que hay 4 nombres españoles.
El sector de infraestructuras bajo vigilancia
En esta lista de la ONU se han colado varios nombres que están dedicados al sector industrial y de las infraestructuras. La constructora ACS, la Sociedad Española de Montajes Industriales (SEMI), que antes era española y ahora está bajo el control de la francesa Vinci, Construcciones Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) e Ingeniería y Economía del Transporte (INECO), que es una empresa pública que depende del Ministerio de Transportes.
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Desde CAF ya trasladaron ayer que no se iban a marchar de Israel, pese a las peticiones de la ONU y de Amnistía Internacional, porque sus negocios «garantizan el cumplimiento de los Derechos Humanos». La ferroviaria vasca está construyendo y ampliando dos vías del tranvía de Jerusalén con un contrato adjudicado en 2019 por valor de 1.800 millones de euros. Tanto Amnistía como la ONU señalan que este proyecto incentiva la ocupación y mantenimiento de los asentamientos ilegales de Cisjordania.
En el caso de ACS y la SEMI, está última era su filial cuando en 2015 se llevaron el contrato para electrificar 420 kilómetros de vías ferroviarias en Israel por 480 millones de euros. La SEMI fue vendida al francesa Vinci en 2021.
Los proyectos de INECO «se van a evaluar»
La consultora pública, dependiente del Ministerio de Transportes, está participada en un 45% por Enaire, en un 20% por Adif, en otro 20% por su división de Alta Velocidad y en un 12,7% por Renfe.
INECO tiene actividades en Israel desde 2005, que están destinadas al transporte de uso civil. En 2023, con el inicio del conflicto, revisaron su estrategia y desde la empresa empezaron a rechazar «todas las nuevas oportunidades y pedidos de la administración y empresas israelís».
El gran proyecto que le queda allí es la Línea Azul del tranvía de Jerusalén, en la que participa desde 2017 diseñando un túnel de 2,5 kilómetros, del que insisten en que no pasa por zonas ocupadas. La primera intención es terminar esa obra para cumplir con el contrato, aunque desde Ministerio de Transportes ya anticipan que van a llevar a cabo una «evaluación jurídica para determinar si pueden cortar esos proyectos».