En el hermético mundo de la Fórmula 1, cuando una renovación que parece obvia se retrasa, rara vez es por una simple cuestión de papeleo. Y el caso de George Russell y Mercedes es el ejemplo perfecto. Aunque desde Brackley insisten en que el británico “obviamente estará con nosotros” en 2026, la firma del nuevo contrato sigue estancada. Detrás de esta demora se esconde una tensa negociación con dos puntos de fricción: el dinero y, más importante aún, un nombre que obsesiona al paddock: Max Verstappen.

La primera exigencia: Un salario de piloto de élite

El primer obstáculo, según informa Motorsport Italia, es económico. George Russell considera que su rendimiento y su rol como líder del equipo tras la salida de Lewis Hamilton lo sitúan en el escalón de los pilotos de élite, y exige que su nuevo contrato refleje ese estatus en términos salariales. No quiere ser tratado como el “joven de la cantera”, sino como el pilar sobre el que se construye el futuro de Mercedes.

La segunda y más compleja: La “cláusula Verstappen”

Pero el verdadero nudo de la negociación está en la duración del contrato. Lo habitual sería una renovación por dos años, blindando a Russell hasta finales de 2027. Sin embargo, sobre la mesa estaría una propuesta de formato “uno + uno”, es decir, un año garantizado con opción a un segundo. ¿La razón? Mercedes quiere tener las manos libres para 2027.

George Russell y su renovación con Mercedes en la Fórmula 1 ¿Por qué no firma su contrato?Foto: Facebook – Mercedes-AMG Petronas F1 Team

No es un secreto que Toto Wolff sueña con fichar a Max Verstappen. Un contrato corto para Russell le daría a Mercedes la flexibilidad necesaria para lanzarse a por el neerlandés si este decide abandonar Red Bull tras el primer año del nuevo reglamento. Es una jugada estratégica que, comprensiblemente, no agrada a Russell.

La contraparte: Russell también quiere una vía de escape

Curiosamente, un contrato más corto también podría beneficiar al propio Russell. El británico, que aún no ha tenido un coche capaz de luchar por el título, también quiere protegerse. Si el tan esperado motor Mercedes de 2026 no se traduce en un monoplaza ganador, un vínculo flexible le permitiría explorar otras opciones en el mercado.

Aunque actualmente está gestionado por Mercedes, este vínculo no lo ata de por vida. Si decidiera marcharse, el equipo tendría que negociar su salida, pero no podría retenerlo contra su voluntad.

La renovación de George Russell se ha convertido en una compleja partida de ajedrez. No se trata solo de firmar un papel, sino de definir el futuro a largo plazo de una de las escuderías más importantes de la historia. Mercedes quiere a Russell, pero parece querer aún más la posibilidad de fichar a Verstappen. Y en esa ecuación, el piloto británico no está dispuesto a ser una simple moneda de cambio.

REVISTA TURBO