Pogacar no ha podido con Evenepoel y Van der Poel en alguno de sus terrenos
Tadej Pogacar es, sin duda, el ciclista que más espectáculo ofrece hoy en día, en eso estamos de acuerdo.
Una cosa nos ha demostrado: El esloveno no se conforma con dominar en su terreno, que son las grandes vueltas por etapas, sino que disfruta midiendo fuerzas con los mejores en carreras y terrenos que, en teoría, no le corresponden.
Es un especialista en “jugar en campo contrario”.
No rehúye batirse contra otros campeones en su propio terreno, aunque eso signifique arriesgarse a perder.
Un buen ejemplo es lo que pasa cada vez que Pogacar pone rumbo a la Milán-San Remo.
Ahí aparece Mathieu van der Poel, un corredor que ya le ha cerrado la puerta varias veces.
En la Classicissima de 2023, el neerlandés se impuso con esa arrancada brutal en el Poggio, dejando a Pogacar sin respuesta.
Y no solo eso: otras veces, aunque Van der Poel no cruce primero, su compañero Jasper Philipsen acaba rematando el trabajo, como sucedió el año pasado.
Y de éste, mejor ni hablamos, porque San Remo 2025 ha sido la mejor carrera del año, pero con triunfo para el neerlandés.
Lo mismo vimos en la París-Roubaix de este año, donde Pogacar lo dio todo en el infierno del norte, pero Van der Poel volvió a marcar la diferencia.
Incluso en el Mundial de Glasgow 2023, el neerlandés volvió a demostrar que cuando la carretera es ancha y explosiva, Pogacar no manda solo.
Eso sí, Pogacar ya le lleva un 2 a 1 en Flandes.
En otro terreno, el de las contrarrelojes, el rival que le mantiene a raya es Remco Evenepoel.
El belga es un auténtico especialista contra el crono, capaz de hacer diferencias importantes cuando se trata de rodar acoplado a la cabra. Cada vez que Pogacar se mide contra él en esa modalidad, tiene que exprimirse al máximo, y muchas veces no consigue superarle.
Aun así, Pogacar no baja los brazos.
Ya lo vimos cuando perdió dos Tours seguidos ante Jonas Vingegaard y, lejos de rendirse, volvió para ganar los dos siguientes.
Esa tenacidad es su seña de identidad.
Por eso, aunque hoy Van der Poel y Evenepoel son quienes ponen límites a su reino, Pogacar seguirá llamando a nuevas puertas, buscando retos y regalando batallas que hacen del ciclismo actual otra cosa, otro nivel.
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet