Esther Bengoechea

Sábado, 27 de septiembre 2025, 08:21

Fue uno de los voluntarios anónimos que ayudó, durante los días que tanto castigaron los incendios al norte de la provincia en verano, a limpiar las zonas próximas a los pueblos. «Hacíamos cortafuegos y limpiábamos para, si llegaban las llamas, que no entrasen en los pueblos», explica David Torre, quien este domingo se subirá a su bicicleta en Barcelona y no dejará de pedalear hasta que llegue a San Pedro de Cansoles. No es nuevo en este tipo de retos solidarios. Hace tres años se embarcó, también sobre las dos ruedas, en la ruta Barcelona (donde reside) y Velilla del Río Carrión (donde tiene familia). Fueron 760 kilómetros en 40 horas de pedaladas por una causa solidaria, la asociación Obrir-se al Món de autismo de Cataluña.

Para este año tenía preparada otra ruta distinta, desde la Ciudad Condal hasta Finisterre. «Doblaba el objetivo de hace unos años y contaba con cuatro días para llevarlo a cabo», argumenta. Pero los incendios, lo que vivió y lo que vio, le hicieron cambiar de idea y de recorrido. Por este motivo, también ha duplicado las causas solidarias. No solo será la entidad de autismo, como en la ocasión anterior, sino que añade además un canal de ayuda para San Pedro de Cansoles, pueblo en el que el fuego arrasó varias viviendas durante los incendios forestales. «Estoy ultimando dónde y cómo puede la gente comprar kilómetros y ayudar a la causa solidaria que quieran o a las dos. Lo publicaré en mi Instagram, datos72, cuando lo tenga», señala.

Este verano conoció a un vecino de San Pedro de Cansoles por casualidad. Acudió a la cafetería del complejo turístico de Kyomu, en Velilla, y comenzó a conversar con otro cliente, que le preguntó por el tatuaje que tiene del anterior reto (Barcelona-Velilla Non-Stop). David Torre le contó su hazaña y le reconoció que lo iba a repetir este año con Barcelona-San Pedro de Cansoles, antes de saber que hablaba con uno de los vecinos desalojados por el fuego. «Se me puso la carne de gallina al enterarme. Así cobra más sentido el hecho de hacer este reto. Lo veo clarísimo», asegura.

«Calculo que tardaré dos días, unas 48 horas, son 760 kilómetros, pero esta vez voy sin asistencia. El anterior viaje a Velilla fueron 40 horas, pero llevaba asistencia, pero ahora lo voy a hacer yo solo. Ya tengo mis pautas de nutrición con la dietista», asegura y añade que, en este nuevo viaje que emprende el domingo 28 –y hasta el martes 30–, intentará ir contándolo a través de su red social para «hacer a la gente más partícipes de mis kilómetros».

Que este reto sea ‘non-stop’ quiere decir que solo va a parar para hacer pequeñas pausas para comer, ir al servicio o descansar, pero nunca periodos de más de 20 minutos «Si duermes más, es peor. Con un máximo de 20 minuto el cuerpo descansa muchísimo. Y luego arrancas bien, porque no da tiempo a volverse sedentario», explica.

Con la ruta y las paradas más o menos establecidas, tiene claro que se detendrá en Zaragoza para ver a un amigo, que le tendrá preparado macarrones, pechuga de pollo y un bocata de tortilla para el camino, mismo esquema que repetirá en Burgos. «El objetivo de este tipo de retos es marcar objetivos cortos. De aquí 30, de aquí 40 o de aquí 50, porque si estás buscando ver Burgos nada más salir, no lo vas a ver», concluye David Torre, quien afirma que cada kilómetro que pedaleará suma esperanza para San Pedro de Cansoles y Obrir-se al Món.

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