Entre el puñado de títulos de Yan Lianke (El sueño de la aldea Ding, Los besos de Lenin y Los cuatro libros, por citar algunos) traducidos al español, es seguramente Días, meses, años (reeditado recientemente por el sello Automática) el que menos necesita para contar más. La «trama» es por demás sencilla: ante una tremenda sequía en la sierra de Balou, en la provincia china de Henan, todos los pobladores se ven obligados a huir hacia zonas menos castigadas. Menos un anciano, que acompañado por su perro ciego, decide quedarse a cuidar el brote de una planta de maíz que les permita sobrevivir y garantizar la vida en un próximo ciclo de la naturaleza. 

Con elementos líricos que lo acercan a un poema budista de la era Tang, el escritor chino (varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura y ganador de las distinciones Lu Xun y Franz Kafka) propone una parábola sobre la finitud de la vida y, a la vez, sobre su renovación permanente. 

El cambio climático, la soledad, la vejez, los rigores de la vida rural, el vínculo cercano del hombre con el resto de los seres vivos, son otros de los temas que atraviesan esta novela. Pero no hay subrayados ni énfasis innecesarios. La historia fluye con naturalidad como si respondiera a un impulso taoísta. 

Yan Lianke es considerado uno de los grandes maestros de la narrativa china contemporánea. A los veinte años ingresó al Ejército Popular de Liberación, pero allí no obtuvo medallas militares sino que se graduó en literatura en su Instituto de Arte. En la actualidad es catedrático del Instituto de Literatura de la Universidad del Pueblo de China.