Una edición más, y ya van cinco, Supremme de Luxe se pone al frente de Drag Race como presentadora. El formato de Atresmedia se estrena en Atresplayer el domingo 28 de septiembre a las 20:00 horas y promete muchas sorpresas y emoción. Son 12 las reinas que lucharán como nunca para llevarse la victoria. Y para juzgarlas están nuevamente los Javis y Ana Locking, a los que se suma un cuarto jurado que va rotando y que empieza con Amaia Romero. De todo ello nos habla Supremme, que además repasa cómo ha ido su carrera, todo lo que le ha aportado el programa y, por supuesto, temas como los derechos LGTBI y la importancia de protegerlos en un momento de regresión como el que vivimos.
¿Qué nos espera en la quinta temporada de Drag Race?
Es una temporada de sorpresas en la que el corazón está muy presente. Esto no es una metáfora, sino que es verdad. Lo descubriréis en el primer programa. El corazón está muy presente y el corazón hace cambiar las dinámicas habituales del programa. Es una temporada con mucho giro.
El premio final se eleva de 30.000 a 50.000 euros. ¿Es una edición más complicada?
Bueno, es que es complicada siempre. Para las concursantes es un concurso duro. No es más complicada, pero sí tienen que tomar más decisiones de las habituales. Vamos a decirlo así. Cuando suceden cosas inesperadas, puede que aumente la dificultad quizá por eso. En ese aspecto sí puede ser una temporada más difícil.
Tenemos 12 nuevas reinas. ¿Algo que nos puedas contar de alguna de ellas que te ha llamado la atención?
Te hablo en general. Para mí es un orgullo ver que sigue habiendo mucho talento en España, en el drag, y que todavía nos puede seguir sorprendiendo lo que tienen para mostrarnos. Son muy diferentes entre sí, son muy variadas. Y ese es uno de los puntos fuertes que creo que hay en Drag Race España.
Si tú fueras concursante, ¿qué sería lo más complicado para ti?
Pues pruebas que no me interesarían mucho. En general. No te diría alguna concreta. A mí enfrentarme a cosas que no me apetece mucho hacer me cuesta.
En el jurado tenemos a los Javis, tenemos a Ana Locking. ¿Cómo es trabajar con ellos?
Tenemos que pasar por ahí para que eso salga adelante. Y en ese sentido, los cuatro tenemos esa misma manera de ver el programa. Dejamos que nos pasen cosas y nos sostenemos a la vez. Estamos ahí cuidándonos los unos a los otros. La verdad es que es un muy buen equipo.

Los Javis, Ana Locking y Supremme de Luxe, jurado y presentadora de ‘Drag Race’.Atresmedia
Dices que es importante que pasen cosas. ¿Recuerdas alguna anécdota que te haya pasado en el programa a lo largo de estos años?
Por ejemplo darme cuenta que yo no tenía pensado que me iba a costar tanto echar a la gente hasta que me tocó echar a The Macarena el primer día. Y ahí ya vi que eso no iba a ir bien. Y tampoco va mejorando la cosa. Lo recuerdo porque fue como decir ‘¿en serio me pasa eso que no puedo ni hablar?’ Pues sí, pues me pasa. Ocurre y se ve. Tener que echar a gente que tiene talento no es fácil. Pero es lo que toca.
Y te sigue pasando como el primer día, entiendo…
Sí pasa. De repente un día que no te salga bien una prueba, o no te haya salido bien un traje o equis cosas no te invalida como artista. Pero en un concurso corres el riesgo de irte a tu casa. Esto le ocurre en una entrevista y no pasa nada. Ocurre aquí y se va ¡pues qué putada! Es lo que tienen los concursos. Hay gente que se va y sabes que daría más de sí, y no es agradable, pero lo aceptamos todos, tanto los concursantes como el jurado, que sabemos lo que tenemos que hacer. Son las reglas y aceptamos lo que nos toca.
Hay un jurado invitado cada programa y la primera es Amaia Romero. ¿Qué tal se le dio lo de ejercer como tal?
Amaia fue Amaia, que eso siempre es maravilla. Es lo que tiene esta mujer, que es ella misma y es natural siempre. Y estaba muy feliz de estar allí y nosotros muy felices de que estuviera. Estuvo muy bien.
¿Cuando empezasteis el programa en 2021 esperabas el éxito que ha tenido y que durase tanto?
No, no esperaba nada. Pero también es que como lo hicimos justo después de la pandemia era todo incierto en general. En la primera edición todavía el equipo iba con mascarilla, nos teníamos que hacer una PCR semanal, antígenos a diario. Luego en todas las promos, cada vez que llegaba a un sitio era un antígeno primero antes de entrar. En realidad lo disfruté mucho porque el único rato en el que me podía quitar la mascarilla era grabando. Y además tenía unos meses de trabajo solucionados.
Después de tanta incertidumbre no daba para pensar un futuro a largo plazo. Pensaba que en este momento tan chungo que estamos pasando todos, yo por lo menos lo estoy pasando un poquito mejor. Y fue como una liberación mental. Entonces realmente no pensábamos que iba a ocurrir porque era más la edición de hacerlo y que se estrenara, pero era un momento complicado social, así que fue muy diferente todo. Las primeras veces tienen mucho encanto, las primeras veces de todo. Siempre lo solemos recordar. Aparte, con todo esto añadido, la primera la vivimos con mucha intensidad y la tenemos muy presente quizá por todo esto.

Amaia Romero, jurado invitada en ‘Drag Race’ junto a Ana Locking, Supremme de Luxe, Javier Ambrossi y Javier Calvo.Atresmedia
¿Por qué es importante que haya programas como Drag Race?
Porque presenta diferentes maneras de ver la vida y de vivir la vida. Podemos ver que hay muchas maneras de estar en el mundo y de existir. Y también hay muchas otras maneras de hacer espectáculo y de hacer arte y de mostrar. Se habla de todo. Hablamos de libertad en un sentido amplio. De poder expresarte, de poder sentir, de poder vivir y eso siempre está bien.
¿Te imaginas el programa en una televisión abierta?
Cuando empezó Drag Race podría tener algo más de sentido, pero es verdad que ha cambiado mucho el consumo también. Sobre todo la gente joven. Por ejemplo, en televisión abierta casi ya ni se consume. Y ahora creo que tenemos ya mucho más asumido que cada plataforma tiene un contenido o crea contenido específico para la plataforma y estamos acostumbrados a abonarnos. Yo tengo como alguna fija y luego otras que voy cambiando en función de lo que haya.
Creo que ha cambiado bastante el modelo. Y también el estar en plataforma te asegura cierta tranquilidad en contenido, poder hacer lo que te dé la gana, no estar pendiente de una audiencia diaria. Aquí también es importante, pero en una televisión abierta el dato de audiencia por programa tiene mucho peso.
No estar pendiente de una audiencia diaria que creo que… Bueno, aquí imagino que sea también importante. A lo mejor si te quedas en abierto no pinchas grave, pero a lo mejor pinchas dos días que no te ve tanta gente en el programa. Y aquí fíjate, cinco ediciones y estamos encantados de la vida. En este momento no le viene mal la plataforma. Y creo que es verdad que el consumo ha cambiado y hay otra manera de ver. Creo que antes todavía tenía más importancia el hecho de estar en abierto, pero yo creo que hoy en día da un poco igual la cosa.
Hablando de lo que ha cambiado, ¿Ser drag ahora es más fácil que cuando empezaste tú o es más complicado?
Es que yo empecé en los noventa y en ese momento estaba la cosa bastante bien. Había también un boom, aunque hay ahora más porque es un fenómeno global gracias a Internet y a las redes. Pero cuando empecé habían estrenado Priscilla. En la tele en España había drag. Yo cuando empecé no lo recuerdo difícil. Imagino que la gente más mayor que yo lo tuvo un poco más complicado. Y hoy en día no creo que sea complicado, lo tienes todo al alcance de la mano. Hay tutoriales, hay manera de comprarte cosas. En mi época quizás eso era más difícil. No lo tenías todo tan al alcance, pero había recursos.
![]()
Supremme de Luxe en la quinta temporada de ‘Drag Race’.Atresmedia
¿Qué es lo mejor que has vivido en tu carrera?
No me puedo quedar con un punto. Ya antes de Drag Race siempre he tenido la sensación de estar en un buen momento, como dice Nebulossa. A mí me ha pasado mucho. ‘¡Qué bien este año!’ ‘¡Qué bien he estado!’ He tenido mucho trabajo. Y esa sensación luego me he dado cuenta que ha sido constante durante mucho tiempo. Ahora es verdad que tengo un momento en el que Drag Race me ha colocado en una posición buena, privilegiada. Luego gracias al programa he podido hacer Tu cara me suena. O puedo estar como ahora, que vuelvo al Teatro La Latina con un espectáculo que produzco yo. Tengo esa posibilidad de acceder a esos espacios o de hacer El Cabaret de los hombres perdidos, que ahora empezamos en Madrid.
Ahora estoy en un momento de proyectos muy apetecibles y de poder acceder a espacios que antes a lo mejor eran más complicados. Pero es que antes también trabajaba mucho y estaba muy feliz haciendo mi música, mis vídeos y viendo que siempre tenía trabajo. Digamos que Drag Race ha sido como un punto de inflexión, pero tampoco te diría que es el mejor porque he tenido momentos como cuando presentaba Que trabaje Rita. Hay canciones que han funcionado muy bien, que yo no esperaba y de repente la gente las recibía muy bien.
Tengo que tener la sensación como de siempre estar bien. Y ya cuando llevas tantos años pues para mí es un logro poder vivir de tu trabajo ganándote la vida bien. Ahora llego a más gente, estoy trabajando en un espacio más grande. Pero antes también venía la gente a las cosas que hacía. Siempre he tenido esa sensación de respuesta del público y de que era útil y productivo lo que estaba haciendo.
¿Has sufrido rechazo por ser drag? ¿O lo has visto en otras drags que lo han sufrido?
Yo la verdad que no. Sí que es verdad que hay veces que he intentado presentar mi espectáculo en espacios y eran puertas que no se abrían. Pero igual era que no les interesaba la propuesta. Es verdad que en la vida personal y en la profesional no he sentido rechazo, pero en el programa escuchamos muchas historias de gente que sí y que les acarrea problemas en la vida. Imagino que hay gente que sí. Yo en eso me considero afortunado. No he tenido grandes rechazos. Una cosa puntual, pero nada destacable.
Hemos ido avanzando, pero estamos en un momento complicado a nivel mundial. ¿Te preocupa que haya un retroceso de derechos LGTBI?
Por un lado me preocupa, pero por otro también creo que todo ese sector más oscuro está empeñado en que ese mensaje negativo cale y cale hondo. También pienso que somos una sociedad que hemos avanzado muchísimo en derechos. Y si hemos avanzado es porque en determinado momento hemos ido de la mano y hemos convenido que eso era lo bueno y lo óptimo para la sociedad. Quiero pensar que en el momento en el que se pudiera dar el caso, nos volveríamos a dar la mano y no lo permitiríamos porque hemos avanzado mucho como sociedad. Sí que hay movimientos oscuros y algún movimiento que hace mucho ruido, pero creo que al final es mucha más la gente que no está en ese lado.
¿Qué derechos crees que quedan por conquistar?
Muchos, principalmente que no haya que tener miedo a perder nada de lo que ya se tiene. Eso por un lado. Y por otro, que seguimos todavía con la tele, con nuestro colectivo, con todas las personas trans. Hay en sitios en los que se les quiere negar simplemente el derecho a existir, y es gente que lo único que está pidiendo es existir y que le dejen tranquila. Ahí tenemos todavía mucho camino por recorrer. Nadie debería sentir miedo, ni debería ser insultado, ni debería ser acosado ni por su identidad ni por su tendencia sexual. Estamos en el año 2025 pero todavía hay trabajo por ahí.
¿Qué puede hacer la clase política todavía para mejorar la vida de las personas trans? Primero escuchar lo que tienen que decir y empatizar. Deberían escuchar lo que están reclamando. Creo que muchas veces es cuestión de que se sienten y escuchen las necesidades reales. En este caso estamos hablando de las personas trans, pero se podría extrapolar a cualquier parte de la población.
Creo que en política en general falta un poco bajarse al pueblo y escuchar realmente lo que la gente pide y lo que la gente necesita. Y creo que entre todos lo que deberían es escucharse entre ellos porque están ahí para entenderse y para servir a los ciudadanos y para construir una sociedad mejor. Así que pasa por escuchar lo que está pidiendo la gente y qué es lo que necesitan. De momento que les den el espacio y les den la posibilidad de explicarse y de poder hablar. Queda mucho por hacer. Se ha avanzado mucho, pero queda mucho por hacer.