Nerea García Menéndez tiene 31 años y aspira a retratar su concejo de origen, Salas. Natural de La Espina, su vida cambió hace tres años cuando sintió la llamada de la zona rural. «Viví, estudié y trabajé siete años en A Coruña, pero llegó un momento en que sentí que necesitaba volver a casa», relata.
Ahora su trabajo, en muchas ocasiones desinteresado, está de moda en Salas porque es la persona que acude a todos los eventos del concejo, que retrata fielmente todo lo que sucede por la zona y a la que los vecinos reconocen y felicitan por la calle por ello. «Eso me da mucha satisfacción», dice.
Nerea García estudió Comunicación Audiovisual. «Pronto, la fotografía pasó de ser un hobby a formar parte de mi día a día», revela. Ella se recuerda de niña y en su mente ya aparecen imágenes relacionadas con todo lo que las instantáneas cuenta de la vida. «En realidad, mi interés por la fotografía comenzó en mi adolescencia, cuando me regalaron mi primera cámara digital. Siempre era yo la que llevaba la cámara cuando salía con mis amigas«, apunta.
Un concejo «precioso»
Retratar Salas se ha convertido a veces en trabajo, pero sobre todo en una pasión. Tiene muchas cosas que contar a través de las imágenes que le ofrece el concejo del que es oriunda toda su familia, por el lado paterno y por el materno. «Lo mejor de hacer esto que hago es que, además de ser un concejo precioso, Salas ofrece una calidad de vida que no encuentras en la ciudad. Me encanta el entorno tranquilo y la cercanía de la gente», advierte. «Por ejemplo, me hace mucha ilusión que me saluden por la calle, aunque no me conozcan personalmente, y me digan que me han visto en algún evento y que les gustan mis fotos. Esos gestos me llenan muchísimo», añade.

Nerea García tomando una foto, en la capital del concejo. / Ana M. Serrano
Aunque el camino suele ser grato, también se encuentra alguna trabas. Nerea García asegura que hay cierto abandono en el Occidente con respecto a otras zonas de Asturias. Y eso también se refleja en su trabajo. «Con más apoyo en turismo, actividades culturales o deportivas, y mejores comunicaciones, tendríamos más oportunidades para crecer y emprender», reflexiona para volver pronto a su mundo, el de la fotografía.
Como profesional de la imagen, «empecé trabajando con pequeños comercios, algo muy satisfactorio porque a menudo no tienen las mismas herramientas de promoción que las grandes empresas». Hoy en día realiza tarea para los ayuntamientos de Salas o Tineo, a quienes está muy agradecida. «Me han dado la oportunidad de crecer y descubrir que la comunicación institucional me gusta muchísimo. Este camino, aunque aún lo considero un inicio, me hace muy feliz», apunta.
No solo apretar un botón
La joven de La Espina es una fiel defensora de la fotografía más ortodoxa. «Eso no es solo apretar un botón. Detrás de cada imagen hay mucho trabajo previo: pensar en la luz, el encuadre, el mensaje que quieres transmitir y, sobre todo, la emoción que quieres despertar en quien la ve«, argumenta. «Una foto puede documentar, emocionar o incluso ayudar a una marca a contar su historia de una manera única», advierte.
El avance de la tecnología, abre una debate en el sector y Nerea García se presta a hablar de ello. «Creo que el ojo fotográfico y la sensibilidad del profesional no se pueden sustituir. Es cierto que hoy en día con un móvil puede hacer fotos, pero ahí está la diferencia: la especialización», apunta. Ella se ha especializado en la creación de contenido para redes sociales, «pero hay compañeros que lo hacen en bodas, en fotoperiodismo, en retrato… Cuando eres muy bueno en lo tuyo, la gente lo percibe y entiende que eres insustituible».
En los últimos meses, buscar la mejor imagen de cada rincón y actividad de su concejo ha sido su meta. ¿Qué se ha encontrado? «Me ha sorprendido descubrir lugares preciosos y eventos interesantes que tenía al lado de casa y en los que quizá no me había fijado antes; también me ha sorprendido el crecimiento turístico del concejo: cada vez acude más gente a las actividades y cada año se crean propuestas nuevas para atraer visitantes», cuenta.
La IA y las expectativas «irreales»
La Inteligencia Artificial (IA) está afectando en todos los ámbitos y en particular al mundo de la imagen. Sobre este asunto, Nerea García también quiere opinar. «Puede facilitar el trabajo en algunos aspectos, pero también generar imágenes falsas que confundan al público alimentando noticias falsas o creando expectativas irreales sobre un producto, por ejemplo». Es precisamente por el auge de la IA y por la falta de control sobre los contenidos verídicos por lo que cree que «justo ahora la figura del fotógrafo es más importante que nunca: aportamos autenticidad, credibilidad y un punto de vista humano que la IA no puede reemplazar».
El futuro de la fotografía
La salense solo se ve el futuro con optimismo. Además de invertir «más en mi negocio para ofrecer servicios de mayor calidad», aspira a abrir un local propio con oficina y estudio fotográfico. «También me gustaría continuar especializándome en comunicación institucional porque me permite unir mis tres disciplinas favoritas: la fotografía, la redacción y el marketing», explica. Y no duda de dónde quiere hacerlo: «En Asturias y, en particular, en el Occidente, que es donde quiero desarrollar mi vida personal y profesional».
Para ello queda mucho por trabajar. En su opinión, el fotógrafo de hoy tiene que ser cada vez más versátil y combinar su trabajo con otras disciplinas. Cita el marketing digital o la creación de contenido. «Al final, no se trata solo de hacer fotos bonitas, sino de ayudar a empresas, instituciones o particulares a comunicar mejor, por eso creo que el fotógrafo del futuro será un profesional más integral, capaz de adaptarse a las nuevas plataformas y a las necesidades de cada cliente».
Su rincón favorito para hacer fotos es cualquier lugar de la naturaleza salense: «El monte, los ríos, los caminos…». Se confiesa fan de los pueblos más pequeños y escondidos, «porque reflejan la esencia y el costumbrismo de nuestro concejo algo que me parece fundamental preservar y retratar», y espera poder crecer profesionalmente en el concejo que la vio nacer y crecer. Suerte.