Cuatro cicloviajeros estadounidenses, Albert y Stacy Avalos (California) y Bob y Carrie Dentic (Las Vegas) han emprendido una travesía inolvidable: recorrer el Camino del Norte como «bicigrinos» desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela. Una ruta de 840 kilómetros que, según cuentan durante su paso por Villaviciosa, les está regalando «mucho más que paisajes».

«Es nuestra primera vez haciendo el Camino y está resultando una aventura que está superando nuestras mejores expectativas», afirman, sorprendidos, los «bicigrinos», que han elegido pedalear por el norte de España atraídos por la belleza natural y su cultura. Pero lo que más les ha sorprendido en su ruta no ha sido el mar Cantábrico, los pueblos con encanto,  ni las montañas verdes, sino “el espíritu que envuelve Asturias y la hospitalidad de su gente”, aseguran los peregrinos llegados desde Estados Unidos

Asturias: paisajes que impresionan, gente que enamora

Aunque reconocen la belleza de todo el norte español,  los viajeros coinciden en que Asturias posee «algo especial» que no habían experimentado en otros lugares. “Lo que más nos ha sorprendido no son los paisajes que hemos admirado, —aunque son impresionantes— sino lo bien acogidos que nos hemos sentido. En Villaviciosa hemos vivido un extraordinario sentido de comunidad, la gente conversa y comparte contigo, y hemos sentido una hospitalidad que hace que  no te sientes turista ni forastero… te sientes parte de la comunidad», destacan Albert, Stacy, Bob y Carrie

Los viajeros relatan una anécdota que los marcó profundamente en Villaviciosa. «Era domingo y no encontrábamos dónde comer, todo estaba lleno. Entonces, una persona que no nos conocía se ofreció a acompañarnos a tres restaurantes hasta que logramos mesa. En estos tiempos sentir este  acto desinteresado nos emocionó mucho, esa generosidad espontánea es algo que no hemos sentido en otros lugares. Es la esencia de la hospitalidad asturiana», destacan  con emoción los estadounidenses

Además de la acogida, la cocina asturiana se ha convertido en otro de los grandes descubrimientos de su viaje. «Probamos la fabada en un restaurante galardonado como la Mejor Fabada del Mundo y no exageran, es excepcional», afirman los peregrinos. «Cada plato ha sido una celebración: rape, merluza, solomillo…En pocos lugares hemos comido tan bien y a precios tan razonables. Cuando viajas con cierta edad, valoras especialmente el trato cercano y profesional, además de una buena relación calidad-precio”, destacan Albert y Carrie

Los cuatro ciclistas se despiden de Villaviciosa “enamorados”, con la promesa de volver algún día sin bicicletas. «Asturias nos ha conquistado en todos los aspectos. No solo por lo que hemos visto, sino por lo que hemos sentido», afirman con emoción antes de subirse de nuevo a pedalear en sus bicicleta camino hacia Compostela.