Rubén Engroba (Lugo, 1981) anhela traer algún día a la selección española de baloncesto a la ciudad de la muralla y, sobre todo, ver jugar en el Pazo a alguno de los niños a los que ha puesto el balón en las manos por primera vez. Lleva cinco lustros consagrado a esa tarea, amén de a organizar eventos que trascienden fronteras.
¿Cómo empezó la vinculación de la Asociación Xuvenil Sagrado Corazón (AXSC) con el básquet?
La asociación data del año 90 y surgió en un barrio deprimido en aquel tiempo. Como la juventud de la época no tenía muchas ofertas de ocio; no como ahora, en la que tiene acceso al mundo digital y demás, se fundó para generar actividades para la mocedad del barrio. Poco después se creó el club deportivo dentro de la asociación, con las secciones de fútbol sala y baloncesto. En el momento en el que el fútbol sala empezó a crecer, la gente que llevaba esa sección se fue para el Prone. Hubo quien se cambió al fútbol, para la Milagrosa, el Sagrado Corazón…
¿Y el baloncesto?
Ha ido creciendo progresivamente. Primero se entrenaba en el colegio; después, se empezó a salir y a aspirar a tener jugadores de toda la ciudad; y finalmente, ya nos fuimos especializando más en el tema de organización de eventos relacionados con el básquet desde que la sección la cogimos mi hermano (Óscar) y yo a principios de este siglo.
¿Qué pasó entonces?
Ya empezamos con la creación de los campus aquellos de septiembre, que después derivaron en campus de verano y demás. Y comenzamos también pronto con los clínics, en el año 2006. El primero fue una charla de Moncho López (por entonces técnico del CB Breogán) con otros entrenados que trajimos en colaboración con la Fundación Breogán. Como teníamos que buscar un nombre que no identificara el evento ni con el Sagrado Corazón ni con el Breogán, se me ocurrió una copia de un lema que tenía el Unicaja, ‘Baloncesto es vida’, y se quedó ‘Lugo é básquet’. Y desde aquellas…
¿Cómo ha resultado la última edición del clínic Lugo é Básquet, que tuvo lugar el domingo pasado?
Llevábamos años sin hacerlo porque los clínics son productos muy interesantes, pero ¡claro!, la inscripción que pagan los que participan ni de broma cubre los gastos que se generan. Esta edición pudimos contar con el apoyo de la Xunta y, después de mucho haberlo intentado anteriormente con estos dos ponentes, finalmente pudimos traer pese a sus agendas a Xavi Pascual y Chus Mateo. Son gente muy cercana y agradecida, que entiende que todo lo que el baloncesto les ha dado de llegar a la élite, después ellos lo tienen que devolver.
«Se dice que Lugo es una ciudad de baloncesto, pero lo es de Breogán, porque el resto de clubes pasa penurias económicas»
¿Y la mesa redonda?
Es una inversión para vincular a los aficionados en general, para que tuvieran acceso gratis a una parte un poco menos técnica. El tema elegido fue cómo aconsejar a los chicos que empiezan en el patio del colegio, que se lo pasan bien con el baloncesto y empiezan a destacar, para llegar a la élite. Mucha gente se pierde por el camino en esos pasos intermedios por malos consejos o por cosas de este tipo.
¿Cómo resultaron ser Pascual y Mateo en la distancia corta?
Chus Mateo llegó el sábado y estuve con él desde la una del mediodía hasta no voy a decir qué hora, pero tampoco muy tarde (sonríe). Por el centro estuvo sacándose fotos y encantador. Xavi tuvo que venir el domingo y después se arrepintió. Aun así, pudimos compartir la comida.
Usted entrena desde 1999. ¿Cuál es su trabajo diario con la cantera?
Nosotros ahora mismo tenemos un club, el Sagrado Corazón, y aparte gestionamos escuelas deportivas en cuatro colegios —Divina Pastora, Maristas, Rosalía de Castro y Sagrado Corazón—. Desde hace unos años, en los que tuvimos buenas generaciones, fuimos capaces de ser campeones gallegos en preinfantil e infantil. Unimos esa generación a un club más profesional para reforzar esa cantera y desde aquellas coordinamos las categorías masculinas de base del Ensino Lugo, aparte de los eventos que realizamos alrededor de baloncesto.
¿Tiene fama de ser un gran descubridor de talentos, verbigracia el pívot malí Cheik?
Tenemos una generación muy buena de jugadores de 2008 y entonces llegó un momento en que nosotros aquí, a nivel deportivo, no podíamos ofrecerles más y no se quedaban en el equipo. Algunos ficharon por el Obradoiro, porque es el club de Galicia que ofrece una mejor estructura de cantera. Entonces necesitábamos reforzar al equipo con alguien importante para poder competir y nos pusimos manos a la obra en eso.
Cuente, cuente…
Me puse a buscar jugadores de ese perfil. Teníamos apalabrado a un ucraniano y el club me había dado la posibilidad de sufragar los costes; de hecho, ya teníamos plaza en la residencia Lug2 y matrícula en Maristas. Sin embargo, el chico se echó para atrás al final.
¡Vaya!
Como ya teníamos todo estructurado y el sí del club y del colegio… creí oportuno intentar ayudar a un chico que viniera de África. Bueno, ayudarnos mutuamente; él a nosotros a nivel competitivo y nosotros a él, a salir de allí y a hacer una carrera. Nos pusimos en contacto con la familia de Cheik por medio de un intermediario que tiene él en Senegal y en dos meses y medio el chico ya estaba aquí. Tras solucionar diversos problemas burocráticos con la Fiba para que pudiera jugar, el primer partido hizo veintipico puntos. Ese año ganamos la final del Gallego cadete en casa al Obradoiro por 20 puntos. Recuerdo que tras ese partido, los chicos se pegaron una ducha y salimos precipitadamente para Huelva vía Portugal. Conduje todo el día para llegar allá por la noche y poder jugar el campeonato de España júnior (sonríe).
¿Y qué paso después?
Además del Gallego cadete, fuimos subcampeones gallegos júnior, ganamos el Autonómico 3×3, acudimos a varios campeonatos de España… Este verano Cheik se fue a un high school en Estados Unidos, pues le ofrecieron allí tres años y la posibilidad de seguir creciendo. Con nosotros, esta sería su última temporada como júnior y cerraría ciclo. Además, como él llegó en febrero de su segundo año como cadete, nunca podría ser jugador cupo de formación y eso le reducía muchísimo las posibilidades. En consecuencia, yo creo que con buen criterio se buscó la vida de otra manera.
¿Qué siente cuando ve a chicos a los que ve crecer cumplir sus sueños?
A ver, están lejos todavía de cumplir sus sueños. Siempre les digo a los chicos que se deberían dedicar a pasarlo bien con sus amigos y a jugar al máximo; nosotros ya nos encargamos de dar nivel de entrenamiento. Los problemas surgen cuando empiezan a pensar cosas fuera de eso, comienza a meterse gente por el medio que a veces da malos consejos, otros que buscan en ellos un interés comercial…
“Mi ilusión es ver a algún jugador de los que fuimos sacando jugar en la élite en el Pazo»
¿Tan difícil es el camino?
En las chicas es diferente, porque la que destaque en júnior puede estar preparada para entrar en el primer equipo, pero en los chicos no. Todo esto debería estar acompañado de una estructura que le permitiese ir dando saltos progresivamente de categoría para acabar arriba.
¿La Liga U (sub-22) de la ACB contribuirá a esto?
A ver cómo sale. No creo que sea tampoco la solución pero, bueno, por lo menos es una iniciativa para defender un poco más a este tipo de jugadores, porque lo tienen muy complicado para llegar a la élite.
¿Y en clave lucense?
En la ACB hay veintitantos jugadores españoles. Para ser uno de esos veintitantos y salir de una ciudad como Lugo, de 100.000 habitantes… Ya a nivel gallego competimos con A Coruña, Vigo, etc. Cuando yo hablo de una cantera del Breogán hay quien cree que destrozaría el resto de los clubes de aquí, pero hay muchas formas de hacerla factible. Yo entiendo una cantera del Breogán como un equipo que parte de la Minicopa, en la que ya se tiene que hacer una selección, y que posea un equipo en Primera División cadete y júnior y otro sub-22. ¿Por qué? Como comenté, para que esos jugadores pudieran ir escalonadamente y aprovechándose de la estructura del Breogán para seguir creciendo. Después de ese sub-22 probablemente no estarían ni preparados para jugar en la élite, pero gente de Lugo podría tener su oportunidad, y para eso tiene que haber mucho trabajo detrás.
Hábleme del torneo Lugo é Básket del domingo en el Pazo (12.30 horas) que enfrentará a Breogán y San Pablo Burgos.
En los últimos años organizamos la Copa Galicia y en este volvió a surgir la oportunidad de hacer el torneo. Se lo propusimos al Breogán y, aunque nuestra idea inicial era hacer un triangular, por fechas solo pudo ser a un único partido. Creo que va a ser el típico partido de pretemporada, pero un poco más, porque aunque evidentemente no tiene categoría de torneo oficial como tenía la Copa Galicia, a todos les gusta competir, ganar y llegar en las mejores condiciones posibles para el inicio de Liga. Como rival escogimos el San Pablo Burgos porque geográficamente es el que más cerca está de Lugo, a unos 350 kilómetros, es decir, tres horas y media o cuatro en bus, y el trato con ellos fue muy bueno.
El eterno hándicap de las comunicaciones…
No es fácil traer a gente a Lugo. Con los ponentes nos acontece lo mismo, porque llegar hasta aquí para algunos es una odisea.
¿Financieramente, cómo lo pueden afrontar?
Para este partido hay una subvención nominativa de la Diputación. No va expresamente para este torneo, sino con cargo a las actividades que realizamos y nosotros las escogemos. Básicamente es una inversión: tú organizas este torneo y esperas que el ‘ticketing’ que generas sea mayor que los gastos que ocasiona. Cuando está el Breogán sabemos que las opciones de éxito son grandes.
¿Cómo va la venta de entradas?
Veníamos de organizar la Copa Galicia, que era un título oficial y el año pasado había morbo con el Obradoiro y también el Coruña estaba en la ACB. Ahora mismo van casi mil entradas vendidas, incluyendo las invitaciones, y esperamos que la gente se anime o bien para adquirirlas en la plataforma web (entradas.lugobasket.es) o en la taquilla del Pazo el domingo.
Para concluir, ¿cómo ve el futuro de la AXSC y del baloncesto lucense en general?
La gente dice mucho que «Lugo es ciudad de baloncesto» y yo siempre digo que Lugo es ciudad del Breogán, porque el Ensino por ejemplo pasa penurias económicas para juntar un presupuesto competitivo ya que no tiene mucha masa social. Y los demás clubes, pues también; los gastos federativos suben, hay falta de entrenadores… Quizá no estemos en el mejor momento. Lo que nos gustaría es que los jugadores que fuimos sacando y haciendo progresar los podamos ver algún día jugando en la élite en nuestros torneos allí, en el medio de la pista del Pazo. Esa es mi ilusión.
¿Y en cuanto a organización?
También me gustaría que viniera a Lugo la selección española de baloncesto, ahora que el seleccionador (Chus Mateo) es amigo, pero las condiciones que pone la Federación son leoninas: hay que depositar un canon muy alto y se quedan con la gestión del ‘ticketing’. Por eso, o alguna institución quiere patrocinarlo, que va a fondo perdido, o realmente no podemos aspirar a organizarla; pero bueno, seguro que en un futuro podremos intentarlo.