Pocos programas pueden presumir de haber permanecido en antena al menos treinta años. Y aún son menos los que consiguen esto manteniendo encima una audiencia fiel y líder de su franja. Cine de barrio puede sacar pecho, puesto que se emite desde el verano de 1995 y todavía logra cuotas de pantalla superiores al diez por ciento. Quién lo habría imaginado cuando Ramón Colom, entonces director general de TVE, encargó a José Manuel Parada la tarea de hacer “unas presentaciones simpáticas” previas a la emisión de una serie de clásicas películas españolas cuyos derechos estaban a punto de vencer por entonces. “Yo en aquella época apenas dormía porque salía de Prado del Rey a las tres de la madrugada tras hacer ‘Parada en la 1’ y entraba a las ocho de la mañana a colaborar con la Campos”, ha contado Parada. “Entonces me llegó una oferta para presentar en Antena 3 ‘Lo que necesitas es amor’, que yo rechacé y acabó en manos de la Gemio, que en aquel momento vivía en mi casa. Y TVE me compensó ofreciéndome un programa veraniego en La 2 que incluía un lote de películas españolas que habían malcomprado. Entonces me inventé ‘Cine de barrio’, con las presentaciones, las meriendas, las canciones al piano… Ramón Colom y Jordi García Candau dieron luz verde al proyecto pensado para las sobremesas de La 2”.

Efectivamente, el comunicador gallego nunca estuvo dispuesto a limitarse a hacer unas introducciones dicharacheras, sino que quiso utilizar el programa para celebrar ese cine antiguo, sobre todo de los años sesenta y setenta, tan exitoso a nivel comercial como denostado de forma injusta. Y para reivindicar a toda una generación de actores como José Luis López Vázquez, Rafaela Aparicio o Gracita Morales. Así pues, Cine de barrio contó desde sus primeros compases con la presencia en plató (entonces uno tan modesto que ni decorado tenía) de algunos de los actores y directores de aquellos filmes sobre los que se montaba toda una tertulia. “Hay quien dice que Parada se forraba haciendo ‘Cine de Barrio’ y no saben que durante dos años cobraba un sueldo que era casi nada y con muy poco presupuesto. Yo pensé que era la oportunidad de mi vida. Vinieron todas las grandes de este país, que cobraban un dinero importante, cuando no tenía ni un duro para darles. Mi primera madrina fue Rocío Dúrcal. La llamé para que viniera y lo dejó todo y sin pedir nada», explicó Parada sobre un espacio que fue esencial para que la gente mayor pudiera recordar el cine que consumía en las salas años atrás y para que los jóvenes conocieran las películas de una determinada época.

Aunque se empezó emitiendo a diario en La 2, en octubre del 95 se pasó a La 1, donde para sorpresa de sus responsables se convirtió en un fenómeno de audiencia (y donde permanece desde entonces). “Cine de barrio’ no dejaba de ser un programa de autor”, explica a nuestra revista el periodista e investigador audiovisual Alejandro Macías. “Parece que cuando hablamos de programa de autor solo podemos referirnos a ese espacio con una iluminación tenue y temas casi filosóficos. En ese sentido, está claro que Jesús Quintero por ejemplo hacía programas de autor. Pues bien, ‘Cine de barrio’, cuya idea, dirección, guion y presentación corría a cargo de una sola persona, también lo era. Como amante del cine español y de todo lo que supone la cultura pop española, Parada era la persona ideal para poder hacerlo. Creo que ‘Cine de barrio’ aportó una personalidad, que es la de Parada, te guste más o menos él, y un intento de reivindicar un tipo de entretenimiento y un tipo de artistas que en aquel momento estaban casi olvidados”.

Macías recuerda igualmente que, en agosto del 96, tras su primera temporada, la cadena tuvo la idea de volver a poner varios de los filmes que más éxito habían tenido durante su anterior emisión. “Entonces el programa pasó de tener un 30% de audiencia a quedarse en un 15%, lo que demuestra que las presentaciones previas a la emisión eran muy importantes. Y es que convertían cada película en un evento, cada presentación era algo muy distintivo. Al principio, sobre todo, podías ver que ponían ‘Las chicas de la Cruz Roja’ y en el plató se producía un reencuentro entre sus cuatro actrices protagonistas. Eso es algo que últimamente se hace mucho por ejemplo en Estados Unidos, en programas matinales o especiales en prime time como los de ‘Friends’ o ‘El príncipe de Bel-Air’, las llamadas ‘reunion’… Bueno, pues aquí lo hizo antes un programa de cine español”.