El tan cacareado efecto intimidante que el público de Nueva York tendría en esta Ryder Cup no apareció el viernes. La exhibición europea acalló al gentío a base de birdies y los no tan pocos que apoyan estos días al Viejo Continente en Bethpage Black acabaron preguntándose en un cántico que ha circulado como la pólvora en las redes si habían acudido a “una biblioteca”.

Si no había nada que festejar, al menos intentarían ser un elemento disruptivo para el equipo europeo, pensarían algunos, que tomaron como objetivo a Rory McIlroy. El norirlandés ha decidido no esconderse de nadie en esta Ryder (aunque la consigna de Luke Donald fuera no responder a las provocaciones), y eso le llevó ayer a protagonizar más de un episodio caliente con la hinchada local.

Ya se había despedido de ellos con una peineta el primer día, en un gesto de mal gusto, y en los fourballs de ayer llegó a proferir un “Fuck you” a un espectador que interrumpió su rutina antes de un golpe. La relación se agrió un poco más en el green del 6, cuando Rory decidió no patear hasta que los comentarios, algunos insultos directos, cesasen. Hasta el americano Justin Thomas tuvo que intervenir varias veces para pedir a la parroquia que diese un descanso a una de las estrellas rivales.

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