La Ryder Cup tiene también unas protagonistas secundarias en las esposas y novias de los jugadores y el staff de los equipos. Son casi una veintena de mujeres que cumplen una tradición que se remonta más allá de los años 50 como se documenta en una fotografía de 1949 con ocho mujeres de los 10 golfistas estadounidenses, entre ellos Sam Snead y Ben Hogan como capitán, en la cubierta del Queen Elisabeth camino de Scarborough (Inglaterra). La competición había estado interrupida hasta 1947 durante una década por la II Guerra Mundial y el periplo de tres semanas por Gran Bretaña —la travesía en barco duró 7 días— animó a las mujeres a acompañarlas.

Hasta ese momento no había costumbre de viajar con los jugadores. De hecho, una fotografía de 1935 muestra como la mujer de Alf Padgham se despide de él en la estaciónVictoria de Londres. Fue la primera de una las mayores rachas de dominio estadounidense que se prolongó hasta 1957.

El paso del tiempo ha ido integrando en el equipo aún más su presencia. También fuera de las laderas del campo donde se las ve siguiendo los partidos de sus parejas. Ahora comparecen uniformadas, con un traje para cada día, y la explosión de las redes sociales ha aumentado el grado de conocimiento de sus acciones por su afición a subir vídeos con actuaciones virales.

Las mujeres del equipo estadounidense en el desfile inaugural

Las mujeres del equipo estadounidense en el desfile inaugural

Así, el ejército de WAGS europeas (women and girlfriends) –termino acuñado por los tabloides ingleses en la Copa del Mundo de fútbol de 2006— interpretaron performance corales en la cena de bienvenida el martes en Hempstead House, de compras por Nueva York y en la ceremonia de inauguración de la Ryder Cup. Katterinne Fitzpatrick, esposa del inglés Matt, antigua finalista de Miss Nueva Jersey, ha sido de las más activas.

Hovland, la excepción

Sólo dos jugadores, ambos europeos, no han sido acompañados al torneo en esta edición. Viktor Hovland, el soltero de oro, y Sepp Straka, cuya mujer dio a luz hace tres semanas un bebé prematuro, hicieron pareja en los compromisos. Ninguno ha hecho como José María Olazábal, que en su etapa competitiva solía ir acompañado de su madre Julia. O Sergio García, a la que le acompañó su hermana Mar en 2004.

Han dado un salto de visibilidad que en la década pasada no se daba, más allá del tiempo en el que Tiger Woods estaba casado con Ellin Nordegreen, foco de interés de todas las revistas del corazón. Ahora se conoce todo. Que Teil Duncan, la novia de Russell Henley, es artista; que Clare, la mujer de Fleetwood, 23 años mayor que él, fue su agente o que Kelley Cahill, la esposa de Rahm, con el que tiene tres hijos, es licenciada en biología y fue campeona de jabalina. O que Katerine Morikawa corrió el maratón de Nueva York, y Caroline y Sam Burns se conocieron cuando tenían cinco años.