Cuesta empezar, sentirse cómodo. Cambiar el hábito. Arrancar a sudar, a competir, a notar que enfrente hay alguien que trata de hacerte daño. Y te dejas llevar mecido por la abulia del verano enterrado en la bruma de recuerdos cotidianos, evanescentes. Hasta que un golpe te arranca de la ensoñación. Un bocinazo. El que suena atronador para zanjar el primer acto. Miras las caras desencajadas de la gente, miras a tus compañeros y miras el marcador… El corazón se acelera, te da un vuelco: ¡17-29!

El comienzo no puede ser peor. En otra tesitura habría bastado para liquidarte. Pero en esta, no. En esta te sientes mejor. Con poder para decidir tu destino. Aún no te pesa el miedo que inoculan las derrotas. Así que regresas a tu banco y, ahora sí, apuestas por jugar al baloncesto.

El HLA Alicante entró diez minutos tarde a su estreno en liga. Se vio en la lona sin enterarse y, por fortuna, halló el modo de levantarse y terminar noqueando a su rival (87-76). Lo hizo con la aportación de su banquillo (38 tantos), de su equilibrio, de su facilidad para correr en campo abierto y mandar en las dos canastas, dentro y fuera de la pintura. La reacción del equipo de Rubén Perelló fue gradual, tensa, apoyada siempre en la versatilidad defensiva y en la implicación de un jugador majestuoso, trascendental, dominante en todas las parcelas, cómodo a la hora de fabricarse los tiros y muy listo para encontrar al hombre libre que dejan los defensores que él atrae por su determinación para anotar. Responde al nombre de Kevin.

Michael Torres busca el aro tras dejar atrás a su defensor, Carlos Jurgens, durante el HLA Alicante-Ourense, en el Ferrándiz.

Michael Torres busca el aro tras dejar atrás a su defensor, Carlos Jurgens, durante el HLA Alicante-Ourense, en el Ferrándiz. / Áxel Álvarez

El Lucentum fue capaz de ajustarse atrás, de obligar a Ourense a buscar el aro desde más lejos. Robó, corrió y sumó en transición, pero lo mejor que hizo fue privar a los gallegos de hacerlo. 15 puntos en todo el segundo cuarto, la mitad que en el primero. Y ahí se cimentó la reacción: 38-44 y toda la segunda parte por delante.

Mendicote y Jordan King empujaron al HLA en la reanudación. Su energía y la ubicuidad de Larsen fueron aplanando el ímpetu de Ourense, cada viaje más pequeño, más atascado, más irrelevante. El propio Unai cristalizó la remontada asistido por el pívot danés convertido en baluarte, en maestro de ceremonias. Solo cuando su entrenador le obligó a sentarse al lado de Mwema a menos de dos minutos para el cierre del tercer parcial, resurgió el bloque de Moncho López, que aprovechó los últimos diez segundos de posesión para preparar un triple librado que maquilló una evidencia: el Lucentum estaba siendo superior: 58-59.

Kevin Larsen, el MVP del partido, cae sobre el parqué después de anotar debajo de la canasta en el triunfo del Lucentum.

Kevin Larsen, el MVP del partido, cae sobre el parqué después de anotar debajo de la canasta en el triunfo del Lucentum. / Áxel Álvarez

El pulso lo aguantaron los orensanos hasta que la estrella lucentina recobró su espacio sobre el parqué. Con el danés dentro, el electrónico volvió a constatar que el equilibrio local acabaría barriendo a su oponente. Del 65-65 hasta una renta máxima de 14 puntos para vivir un final plácido solo interrumpido por el delirio arbitral de una categoría que no encuentra solución a esa faceta capital en el despegue de una competición que precisa coger vuelo, ganar seriedad e inversión, y pitando con los ojos cerrados sin ver dos faltas de pie que se producen simultáneas a un metro de tu cara es bastante complicado.

El Lucentum tuvo en su entrenador la dirección proactiva que le faltó sobre el parqué en el arranque y eso le ayudó a sobreponerse, a saberse y a creerse mejor a pesar de la baja sensible del lesionado Sebastian Aris. Leyó bien el momento y con 8 puntos en la misma acción tras un triple, un robo y una falta antideportiva voló hacia el triunfo, el primero de muchos, el primero de un curso en el que comienza una nueva vida sin la tutela castrante de los ejercicios anteriores. Ganar a pesar de los pesares suele augurar un buen destino. La primera piedra ya está puesta.

FICHA TÉCNICA

HLA Alicante 87-76 Ourense Baloncesto

HLA: Torres (12), Davison (3), Mwema (8), Deng (10) Larsen (16) –quinteto titular– Mendicote (10), Boubacar (-), Tamba (-), Alex Jordá (12) y Jordan King (16).

OURENSE: Kenneth Smith (10), Marvin (13), McDonell (10), Rafa Dias (8), Romaro (2) –quinteto titular– Kingsley (2), Isaac Vázquez (7), Martín Fernández (-), Huguet (8), Diogo (-), Iglesias (7) y Jurgens (9).

ÁRBITROS: Nicolás Lezcano, Pol Franquesa y José María Arresa. Eliminado por faltas: Álex Jordá.

MARCADOR: 17-29 | 38-44 | 58-59 | 87-76

PABELLÓN: Pedro Ferrándiz. 2.500 espectadores en la grada para el debut en liga.

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