La de Maruja Alfaro (Barcelona, 1930 – Palma, 2024) fue una vida digna de llevar a los escenarios que tanto amaba, o quizá, a la gran pantalla. Nació en Barcelona con el nombre de Maria Alfaro Brenchat. Llegó a Mallorca en 1941 acompañando a su familia, y lo que empezó como un viaje lleno de incertidumbre se convirtió en el inicio de una relación duradera con la Isla y su cultura. En Palma encontró un escenario donde desarrollarse como intérprete y donde forjar una carrera que la convertiría en una de las figuras más reconocidas de la escena mallorquina.
Ahora, en uno de esos teatros, el Principal de Palma, donde interpretó su icónico papel de dona Obdúlia en Mort de Dama, acogerá este martes 30 de septiembre el estreno del documental Maruja Alfaro. La gran dama. Detrás están Nova Producciones e IB3 Televisió, un filme recupera la trayectoria de una actriz cuya vida estuvo dedicada al teatro y cuyo legado forma parte de nuestra historia.
La cinta invita a un paseo por la vida y la obra de Alfaro, y lo hace a partir de aquellas obras y aquellos espacios que fueron testigos de su trabajo y su pasión por las artes escénicas; siete teatros emblemáticos de la ciudad, que marcan distintos momentos de su vida profesional, desde sus comienzos en la Assistència Palmesana hasta el propio Principal de Palma, el Teatre del Mar, la Sala Rialto, el Mar i Terra o el Auditòrium de Palma, donde dejo una huella imborrable. Cada espacio refleja un capítulo de su trayectoria, lleno de desafíos, logros y del amor que siempre puso sobre las tablas.

Maruja Alfaro. La gran dama se articula también a partir de un mosaico de voces que ayudan a reconstruir su historia. Participan familiares y representantes del ámbito cultural de Mallorca, como el teatro, la literatura y la música. Aina Cortés, Raphel Pherrer Gabriel Janer Manila, Carles Molinet, Francesca Bibiloni, Joan Bibiloni, Joan Carles Bestard, Josep Antoni Mendiola, Manel Barceló, Lina Terrassa, Lina Mira, Pep Noguera, Alexandra Palomo, Pere Mestre, Pere Fullana, Aina Segura, Rafel Lladó, Toni Gomila y Bartomeu Mestre ‘Balutxo’ son solo algunos de esos rostros. Sus historias permiten dibujar un retrato colectivo e íntimo, que pone de relieve tanto la faceta artística como la humana de Alfaro.
El documental, además, incorpora una amplia colección de materiales de archivo, como fragmentos de obras, fotografías inéditas, grabaciones sonoras y programas televisivos. Lejos de ser solo nostalgia, estos documentos ayudan a comprender cómo Maruja Alfaro convirtió cada función en un espacio de encuentro entre públicos de distintas generaciones. Cada actuación, ensayo y compromiso con la escena contribuyó a construir un legado que trasciende lo individual y se convierte en patrimonio de todos.
El reconocimiento de Palma a su trayectoria se concretó hace apenas unos meses con el nombramiento de un mítico espacio escénico en el barrio de Santa Catalina en su honor, ahora denominado Teatre Mar i Terra – Maruja Alfaro, un gesto que refleja la relación profunda que mantuvo con la ciudad y la huella que dejó en la memoria colectiva.