El Balón de Oro 2025 dejó un detalle tan sorprendente como difícil de entender: Raphinha no recibió ni un solo voto en primera posición. Lo desveló el periodista Fabrizio Romano con la lista oficial: Dembélé (73), Lamine Yamal (11), Vitinha (6), Salah (4), Hakimi (3), Mbappé (1), Kvaratskhelia (1) e incluso McTominay (1) lograron convencer a algún elector. El brasileño, en cambio, se quedó con su casillero a cero.

La ausencia de reconocimiento choca frontalmente con la temporada que firmó. Raphinha jugó 64 partidos oficiales con el Barça, anotó 38 goles y repartió 23 asistencias, lo que supone una participación directa en 61 tantos. Además, fue nombrado Mejor Jugador de LaLiga, conquistando el título liguero, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Todo ello sin que su nombre apareciera en las papeletas más prestigiosas del galardón que organiza France Football.

De hecho, el brasileño, contando las dianas anotadas con la camiseta del Barça y con la brasileña, suma un gol más que Dembélé durante la temporada 2024/25; así como diez asistencias más que el ganador de la mayor distinción individual que puede recibir un futbolista.

Tampoco fue reconocido el trabajo de Pedri, dando un gran paso adelante en su trayectoria como futbolista profesional y firmando su mejor temporada. Fue el mejor del mundo en su posición y los éxitos del Barça no se explican sin el desempeño del canario. No obstante, el centrocampista tan solo obtuvo una irrisoria 11ª posición. Fuera del top 10. Inexplicable.

El rey de la Champions

Los registros de Raphinha en Europa fueron de otra dimensión: 13 goles y nueve asistencias en 14 partidos. Fue el máximo anotador de aquella edición empatado con Sehou Guirassy, del Borussia Dortmund; aunque el internacional por Guinea vio puerta en cinco ocasiones desde el punto de penalti.

Participó directamente de cara a puerta en 12 de los 14 partidos, además de hacerlo en todas las eliminatorias de la máxima competición europea de clubes. Hat trick contra el Bayern de Múnich en la Fase liga, así como un doblete decisivo para certificar la remontada contra el Benfica, que clasificó a los blaugranas directamente para los octavos de final. En aquella ronda el Barça anotó cuatro goles: tres suyos y una asistencia de nuestro protagonista.

Gol y doblete de asistencias ante el Borussia en la capital catalana, otros dos pases de gol ante el Inter en Montjuïc y suyo fue el tanto que parecía que certificaba el pase a la final de la Champions en Milán; pero los de Hansi Flick se quedaron la miel en los labios. Méritos más que suficientes para, como mínimo, entrar en el podio del Balón de Oro.