La primera imagen que vemos al entrar en casa, es una cuestión más importante de lo que creemos. De hecho, es muy común acceder a una vivienda y encontrarse de golpe con el salón. Muchos pisos, sobre todo en ciudades, se diseñan con la puerta principal comunicando de forma directa con la zona de estar, lo que resta privacidad y deja la vivienda más expuesta de lo deseado.

En ese sentido, la arquitecta Emma Guillén, al frente de su propio estudio, ha abordado este problema en uno de sus vídeos de Instagram, proponiendo soluciones creativas para recuperar la intimidad sin renunciar a la luz ni a la amplitud. «No es la única persona a la que le pasa esto, así que guarda estas soluciones como si fueran oro puro», advierte con cercanía. Y es que se trata de una consulta recurrente entre sus seguidores: cómo ganar privacidad en la entrada de un piso sin necesidad de grandes reformas. Inspírate cada mes.  y recibe las mejores ideas para decorar y transformar tu casa al mejor precio.

Esther Cañadas

Confesiones que emocionan

Esther Cañadas (48 años) modelo, sobre sus padres: «No tuve la infancia más acomodada, pero de alguna manera me dieron todo lo que soy hoy: la responsabilidad, el ayudar en casa… eso te curte»
Muebles estratégicos: librerías abiertas para dividir sin encerrarLibrería con puertas para guardar en el pasillo El Mueble

Una de las alternativas más prácticas, según la arquitecta, es la incorporación de un mueble tipo librería, ligero y abierto, que funcione como filtro visual. «Si tu puerta da directamente al salón, puedes optar por poner un mueble tipo librería abierto, que permita pasar la luz, pero que dé cierta intimidad», explica.

Este recurso es especialmente interesante en pisos pequeños, donde levantar tabiques no es viable. Además, permite jugar con la decoración: estantes con plantas, libros o piezas decorativas aportan personalidad y convierten el recibidor en un espacio con identidad propia.

Paneles y paredes ligeras: intimidad total con estilorecibidor con puerta corredera de cristal libreria hecha a medida suelo de parquet salon El Mueble

Para quienes buscan un plus de privacidad, Guillén recomienda soluciones más contundentes. «O si prefieres algo con intimidad total, puedes irte a este tipo de paredes colgadas del techo o con paneles translúcidos», detalla.

Los paneles traslúcidos, inspirados en estéticas orientales o industriales, resultan muy versátiles: separan ambientes sin oscurecerlos, dejan pasar la luz natural y generan una atmósfera sofisticada. Por su parte, las paredes suspendidas aportan sensación arquitectónica y orden espacial, sin la rigidez de un muro convencional.

La magia de las curvas en los recibidores

 

pasillo con hornacinas curvas 00591728 O El Mueble

 

Más allá de lo funcional, Guillén propone ir un paso más allá con un recurso menos habitual en viviendas estándar: el diseño curvo. «Si de verdad te apetece algo especial, las curvas te darán intimidad, que hacen suavizar la transición y dan una sensación de acogida envolvente y amable a la vivienda».

Las formas curvas en la entrada rompen con la geometría tradicional, generan dinamismo y, al mismo tiempo, suavizan la experiencia de entrar en casa. Esa transición envolvente invita al visitante a pasar al salón de manera más natural, como si la arquitectura abrazara al recién llegado.

Ideas para mejorar el recibidor

  • Crear un espacio de transición: incluso en pisos sin recibidor definido, una alfombra, una consola estrecha o un perchero pueden marcar ese “umbral simbólico” entre la calle y la intimidad de casa.
  • Iluminación pensada para dar la bienvenida: lámparas cálidas o apliques direccionales aportan un ambiente acogedor y ayudan a destacar el área de entrada como espacio diferenciado.
  • Texturas que suavizan: cortinas ligeras, biombos de fibras naturales o celosías de madera aportan calidez y privacidad, sin necesidad de reformas permanentes.

Recibidor rústico con vigas de madera, consola y alfombra

INSPÍRATE

Lyndsey Mowat, experta en decoración: «Para el recibidor, me encantan los marrones y los verdes, me hacen sentir cómoda»

En definitiva, tener un piso sin recibidor no significa renunciar a la intimidad. Con recursos sencillos, es posible ganar privacidad, marcar transiciones y, sobre todo, crear una entrada que cumpla su función primordial: proteger la vida íntima de la vivienda y dar una cálida bienvenida a quienes cruzan la puerta.