El campeón de peso pluma y ligero, Ilia Topuria alias «El Matador» ha demostrado como se mueve por el octágono con una elegancia digna de un depredador que sabe que no tiene competencia a la vista. En el peso pluma de la UFC, su reinado es prácticamente un monólogo, se golpea, controla y gana, sin importar el nombre del rival. Parece que por el momento nadie es capaz de ponerle un obstáculo real, y eso es un arma de doble filo.
Así ha advertido Michael Chiesa, analista deportivo y luchador de la misma compañía: «Hay un miedo palpable en la UFC con Topuria» confesó. Estas palabras no buscan asustar al público, sino poner sobre la mesa un riesgo que ya vivió la organización con otro fenómeno: Connor McGregor. «Así perdimos a McGregor», admitió, aludiendo a la carrera de quien, tras dominar y conquistar, decidió explorar otros horizontes más lucrativos en el boxeo, dejando un vacío y preocupación en la compañía que le vio crecer.
Por el momento, Ilia Topuria sigue el mismo camino, con esa apariencia intocable. Ha despachado a todos sus rivales en pluma, y ahora coquetea con la diversión del peso ligero, donde parece no tener tampoco enemigos de peso real. La subida a peso wélter no parece una opción viable. Aunque físicamente el hispano-georgiano esté completamente preparado, no parece haber ningún rival que sea lo suficientemente interesante para el luchador como para subir de categoría.
Ante esta situación solo queda preguntarse: ¿Qué hará Ilia si no consigue encontrar un reto dentro del octágono? La respuesta que algunos dan a esa pregunta es el boxeo. La dulce ciencia, el deporte en el que podemos ver bolsas de premios prácticamente astronómicos es, cada vez más, el denominador común de todos esos luchadores que consiguen alcanzar lo más alto de las artes marciales mixtas y sienten que ya no hay más escalones por conquistar.
Por ahora, la pelea con Islam Makhachev parece completamente descartada. El combate más aclamado por el público no se podrá ver de momento, por lo menos, a corto plazo. Este hueco en la agenda de Topuria, que sigue sin ser desvelada por el momento, puede ser el comienzo de una curiosidad del peleador por probar el boxeo. Si algo ha aprendido la UFC con McGregor es que los peleadores que dominan sin tener oposición suelen buscar nuevas emociones (y dinero), y en el boxeo los desafíos pueden ser grandes, y desde luego, lucrativos.
El irlandés ha experimentado un espectacular cambio en apenas siete añosInstagram
Topuria cuenta con esa dualidad: un talento imbatible, que actualmente parece no tener un rival apetecible y una agenda que es una incógnita de momento. Los aficionados ven cada vez más un destello –o sombra– de lo que ocurrió con el irlandés en su momento, movimiento que ha sido copiado por otros varios luchadores de la UFC ya sea por los retos, o por lo monetario. Ejemplos de esto son Nate Díaz, Tyron Woodley o Anderson Silva.
No es casualidad que este tema salga a flote. Hay un temor real por la situación del Matador. La compañía ha nutrido y hecho crecer al luchador, pero a su vez teme el abandono y observa con nerviosismo cualquier signo de inquietud de su estrella hacia otro deporte de contacto. Así, mientras los espectadores sueñan con peleas dentro del octágono para Ilia, el español se encuentra ahora mismo ante un dilema silencioso: continuar en las divisiones que parecen quedarle pequeñas, o probar suerte en nuevas experiencias.
Ilia no ha hablado todavía del boxeo públicamente, pero los resultados, la incertidumbre alrededor de su agenda, y los comentarios de personas tan cercanas a él y a la compañía como Chiesa nos sugieren que el gusanillo por probar en un deporte distinto que no escatima en premios puede estar ahí.
Mientras el mundo mira y comenta, Topuria sigue su camino, imbatible por lo menos de momento y consciente del miedo que tiene la compañía de perderle, así como le pasó con McGregor. Es ese temor el que nos recuerda que hasta las mayores estrellas necesitan ambición y nuevos retos, por mucho que hagan el deporte que aman y les vio crecer.

