Remco Evenepoel apenas ha tenido tiempo de saborear la plata del Mundial de Kigali. Tres días después, el miércoles, deberá estar en la rampa de salida del Europeo de contrarreloj en Drôme-Ardèche. Entre medias, un viaje maratoniano: más de 9.600 kilómetros desde Ruanda hasta el sur de Francia.

La travesía de Remco hacia los Europeos

La odisea empieza en Kigali, con escala en Etiopía —vuelo en el que MARCA coincidió con el campeón belga (aunque, como es lógico, con Remco en business) y la selección italiana— antes de aterrizar en Marsella el martes por la mañana. Desde allí, coche mediante, pondrá rumbo a Privas. A mediodía espera estar sobre la bici para reconocer el recorrido, y por la tarde atenderá a los medios. El miércoles le tocará volver a competir.

Entre la llegada a meta en el Mundial y su salida en el Europeo apenas habrán pasado 72 horas. Un margen mínimo para resetear y afrontar una cita en la que defiende el maillot arcoíris de la especialidad. “No lo hemos elegido, pero trataremos de gestionarlo de la mejor forma posible”, admiten desde el staff belga, que también viaja contrarreloj.

Remco Evenepoel, en Etiopía.

Remco Evenepoel, en Etiopía.MARCA

La exigencia logística no parece frenar el optimismo: pese al cansancio, no se descarta que Evenepoel sea capaz de levantar el título continental. El domingo también estará en la crono.