Carlos March Delgado pone el punto final a una vida dedicada a la más alta dirección en el sector financiero. En un proceso de sucesión natural y paulatino, el veterano ejecutivo deja a sus 80 años el último gran cargo que aún ostentaba: la presidencia … de Corporación Financiera Alba, el holding inversor de la familia y a través del cual controlan Banca March. El sucesor en la cúspide de Alba será su hijo y hasta ahora vicepresidente primero, Juan March de la Lastra, según confirman fuentes financieras. Juan March Juan que hasta ahora era vicepresidente segundo, se convertirá en vicepresidente único, simplificando así también la estructura de dirección.

Con esta decisión, adoptada por el consejo de administración del holding, se culmina el relevo generacional. Un proceso que se inició en 2015 cuando Carlos March dejó la presidencia del banco en manos de Juan March de la Lastra; a finales de mayo de 2024 también abandonó su responsabilidad como consejero de la entidad financiera; y ahora hace lo propio con la Corporación Financiera Alba para dejar la presidencia en manos de su hijo. Asimismo, no se quedará en esta ocasión como consejero del holding familiar, que fue creado en 1986, aunque, en todo caso, se mantiene como máximo accionista con el 23,43%.

Carlos March deja el cargo de primer espada de Alba tras haber asentado un modelo de negocio inversor con visión de largo plazo en empresas con potencial de crecimiento. Una manera de ver las finanzas que ha inculcado también a su hijo, que continuará con el legado del grupo. Fuentes financieras destacan también que esta ha sido una sucesión muy ordenada, lo cual facilita la transición.

El relevo en la presidencia de Alba se produce también justo después de que el grupo tomara la decisión de dejar de cotizar en Bolsa. A finales del año pasado, anunciaron una opa de exclusión de Carlos March y la propia Alba para que el holding familiar dejara de cotizar. Tras culminar ese proceso, con el que el 100% del grupo pasó a estar en manos de la familia, el hasta ahora presidente da un paso definitivo a un lado en lo que, según fuentes financieras, se entiende como un relevo natural.

Completan el relevo generacional justo después de excluir la compañía de Bolsa para que pasara a ser 100% de la familia

Así las cosas, aquella decisión de sacar a Alba de la Bolsa se adoptó teniendo en cuenta varios factores. El primero, la bajísima liquidez de la compañía en los mercados ya que gran parte del capital ya estaba en manos familiares. El segundo, que estar cotizada provoca que se tengan que asumir una serie de obligaciones legales que exigen una dedicación de recursos elevada para la estructura actual del holding, sin que ello ofreciera ventajas apreciables para la compañía.

Habitualmente, las empresas saltan al parqué y se mantienen en él como una vía de financiación más para continuar y potenciar las inversiones. Sin embargo, en el caso de Alba no existía esa necesidad ya que el modelo de negocio del holding se basa en la reinversión de los flujos de caja, con los que se financia el crecimiento. De hecho, Alba no ha realizado ampliaciones de capital dinerarias ni fusiones con terceros en más de 35 años. La corporación formó parte del primer Ibex 35 a principios de los 90, pero no ha vuelto a ser integrante del índice desde 2003. Nada justificaba la necesidad de seguir cotizando y decidieron que el 100% del capital regresara a la familia.

Inversor a largo plazo

Alba es uno de los principales inversores institucionales de capital español. Entre los objetivos de sus inversiones está la generación de valor a largo plazo con un modelo de crecimiento rentable y sostenible, además de diversificado en varios sectores de actividad.

La sociedad toma participaciones minoritarias significativas con visión a largo plazo, tanto en compañías nacionales como extranjeras, así como cotizadas y no cotizadas. Ejemplo de ello son sus inversiones en Naturgy, Acerinox, Colonial, Parques Reunidos, Viscofan… y más recientemente el grupo de colegios privados Nord Anglia.

El valor de los activos netos de Alba superaba los 5.700 millones de euros al cierre de 2024. Ahora todo ello estará capitaneado por Juan March de la Lastra, igual que ya está el banco que lleva el apellido familiar.