El Atlético volvió a jugar al son de su capitán. Un Koke Resurrección que, cuando parecía dar un paso atrás preso de su edad (33 años), ha vuelto a demostrar que su continuidad en el Atlético no es cuestión de nostalgia, es peso de su rendimiento. Su reloj biológico batalla con un reloj mental que le permite leer los partidos mejor que nadie.

La arena cae más despacio en el cerebro del vallecano. Dominar los encuentros desde el orden, la posición y la velocidad de ideas más allá del ritmo de las piernas. Koke controló en todo momento el ritmo del derbi, permitió desplegarse a Barrios y utilizar a Simeone un equipo con vocación ofensiva y filones en las bandas. Si parecía un partido comprometido para el centro del campo colchonero, en número y fuerza, Koke se comió a Tchouameni, Valverde y Bellingham.

Con el inconmensurable apoyo de Barrios. Dos canteranos, maestro y alumno, que comparten la pasión por el rojiblanco y el talento para gobernar la sala de máquinas colchonera con la esperanza de que sea durante muchos años. Barrios se empapa de Koke, que desde hace tiempo le designó como sucesor. Pero es el momento de que Simeone pueda maridarles a la par. Porque Barrios crece enormemente con un pivote a su lado que le permita desplegarse y mostrar su zancada en ataque. Caer a banda, hacer coberturas, moverse libre. Koke potencia al 8 mientras que muestra vivir en una segunda juventud.

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Asistencia. En el derbi, además de su criterio constante, participó en dos goles. En el primero, lanzando el balón largo para que Nico ganase por arriba y posteriormente Giuliano centrase para Le Normand. Y en el segundo, con un centro que era un caramelo para que Sorloth lo cabecease a la red. El jugador con más pases buenos del equipo (43 de los 46 que intentó, un 93,5% de acierto) y que pondrá caro el puesto cuando Johnny Cardoso esté disponible para pelearlo. El estadounidense llegó para situarse a los mandos del equipo y lo hizo de partida, pero Simeone apostó por Koke ante el Villarreal con una exhibición de su capitán y perdió a Johnny en el entrenamiento posterior. Una lesión de tobillo que le mantiene fuera. Y, mientras, Koke capitanea el juego del Atlético. Como en los viejos tiempos. Ya son 691 partidos de rojiblanco. Y los que restan. A este nivel, hay Koke para mucho rato.

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