«Por la prensa siempre me he sentido muy valorado (entre risas). Es otro tipo de cariño, cuando hay mucha crítica, es otra manera de querer. Tengo la suerte de que allí donde he estado me he sentido muy querido. En París he sentido el apoyo del club y de la afición desde el principio. Barcelona es mi casa, fui capitán, ocho años de jugador, seis de entenador. No puedo decir una sola cosa mala, les estaré eternamiente agradecido, pero soy un profesional del fútbol, los culers lo comprenden. Paseo muy tranquilamente cuando vuelvo a Barcelona y eso el la mejor cosas que me ha pasado como profesional»