Una gigantesca bola de fuego se elevó hacia el cielo sobre Sakhir el 28 de noviembre de 2020, provocando 28 segundos de angustia insoportable. El mundo de fórmula 1, desde el paddock hasta los aficionados, congelados, con los ojos pegados a las pantallas, esperando febrilmente saber el destino de Romain GrosjeanEl francés era prisionero de este horno, encerrado en la cabina en llamas de un Haas que aún conducía unos segundos antes, al inicio de su 96º Gran Premio con el equipo Banbury.