Cuando alguien tiene la carrera de Álex Pina, el listón está alto en lo comercial. Él creó La casa de papel que, aparte de ser un fenómeno de audiencia en Netflix, contribuyó a que el público internacional se interesara por ficción no producida en inglés. Este mes de septiembre intentó repetir jugada con otra serie high-concept, cuya trama se desarrolla en un entorno muy definido y claustrofóbico, y la jugada le ha salido redonda: El refugio atómico, su nueva creación junto a Esther Martínez Lobato, es la serie más vista en Netflix en todo el mundo.
Con los datos del primer fin de semana, el proyecto se quedó a las puertas del liderazgo entre las series de habla no inglesa con 3,7 millones de visionados a partir de 27,2 millones de horas vistas. La había superado Bon Appétit, Majestad, una serie romántica coreana, en su sexta temporada. Pero, para su segunda semana, las audiencias han sido estelares: 10,3 millones de visionados a partir de 75,6 millones de horas vistas. No solo está en primera posición entre las series de habla no inglesa sino que también ha superado las propuestas en inglés.
10,3 millones de visionados a partir de 75,6 millones de horas vistas: ha superado a Jude Law con su ‘Black Rabbit’ o el regreso de ‘Alice in Borderland’
Y es que, por ejemplo, Incontrolables, el gran estreno de la semana con Toni Colette, ha hecho unos meritorios 8,2 millones de visionados a partir de 48,8 millones de horas. Pau Simón, Alícia Falcó, Natalia Verbeke y Miren Ibarguren, que protagonizan El refugio atómico, también han podido con Jude Law y Jason Bateman, que se han tenido que conformar con 7 millones de visionados y 52,9 millones de horas vistas por la segunda semana de Black Rabbit.
Entre las series de habla no inglesa, además, tenía un competidor importante: la japonesa Alice in Borderland, que volvía con una tercera temporada tras haber sido un éxito de audiencia en las dos anteriores. Con 8,5 millones de visionados a partir de 55,9 millones de horas vistas, confirma el buen estado de la ficción extranjera dentro de Netflix. ¿Podrá El refugio atómico mantener sus buenos datos la semana que viene, sobre todo ante el previsible embate de Alice in Borderland y Black Rabbit en su segunda semana?
El público parece haber caído en la trampa de Pina y Lobato (y, atención, que a partir de este punto hay spoilers del primer episodio). El refugio atómico, en teoría, narra cómo un selecto grupo de millonarios se instala en un búnker nuclear cuando la política internacional amenaza con convertirse en una Tercera Guerra Mundial. Allí dentro los huéspedes, que ya tienen su ración de conflictos personales, ven el fin del mundo en las pantallas. Pero, como muestra el final del primer episodio, no hay holocausto nuclear: solo una mujer, Minerva, que ha encontrado una forma muy sofisticada de robar a los más ricos.
No es el primer éxito de Pina y Lobato tras La casa de papel. Si Sky Rojo siempre dejó con la duda de si había rendido como esperaban en Netflix, con una road-movie sobre un trío de prostitutas intentando escapar de su captor, Berlín sí cumplió con cifras de fenómeno: más de 50 millones de visionados. Con 11,9 millones, que conste, El refugio todavía está lejos de esta clase de cifras.