El ritmo televisivo debe ser trepidante o al menos, intentarlo y encajar lo más posible en las escaletas, para ajustarse a los tiempos previstos y poder tocar todos los temas del día, así que las divagaciones no suelen tener lugar. 

Así, cuando Pilar Vidal en Y ahora Sonsoles se fue un poco con las ramas junto a Sonsoles Ónega, su directora no dudó en reconducir el asunto. Tras una entrevista con Montserrat Martí, hija de Montserrat Caballé, la colaboradora Pilar Vidal intervenía. 

«Tengo que darte recuerdos. Desde el jueves estoy en Andalucía, en Sevilla, en Ubrique… Señoras de Jerez, señoras de Cádiz, que te mandan recuerdos, una pandilla de dentistas de distintos puntos de España«, comenzaba diciendo la colaboradora. «Uy, coge teléfonos», le pedía Sonsoles. 

«Se lo montan superbien, van a comer, cada vez eligen una ciudad y les había tocado Sevilla y van de jornadas gastronómicas. El dentista, que es de aquí de Madrid, me dijo que lo ponía en la sala de espera«, añadía Vidal. 

«¡Pero maravilla, muchísimas gracias a todas las personas que se han acercado a Pilar Vidal para decirle que nos ven cada tarde!», decía contenta Sonsoles Ónega, que a continuación veía en el regazo de Vidal un libro que quería leer y se ponían a hablar de él. 

Entonces llegó un «¿Podemos terminar el programa?» por parte de la directora, que hacía que Sonsoles se callara en seco para escucharla: «Me está echando una bronca de narices la directora«, confesaba la presentadora. 

«Pues son recados que llevo… es que no he podido hablar con ella antes», decía contrariada Pilar Vidal, a la que Sonsoles apoyaba: «Dí que sí, Pili». Sin embargo, tras un pequeño comentario sobre el libro, ambas entraban en cintura y comenzaba el bloque siguiente.