Jueves, 2 de octubre 2025, 00:30
Dicen que los profetas, los poetas y los fotógrafos tienen una cosa en común, que son capaces de ver lo que para los demás pasa desapercibido. Francisco Fernández (Granada, 1955-2022) no era, que sepamos, profeta ni poeta, pero sí uno de los mejores fotógrafos españoles de finales del siglo XIX y principios del XX. Y ahí vamos a ‘viajar’, hasta el año 2000. Miguel Rodríguez-Acosta pidió al arquitecto RafaelMoneo y a Francisco Fernández, ambos grandes amigos, que hicieran un libro sobre el Carmen Blanco de la colina del Mauror. El primero, Moneo, se encargó de la literatura y el segundo, Fernández, de la imagen.
El libro se llamó ‘El carmen Rodríguez-Acosta’ y marcó un antes y un después en el conocimiento de este impresionante edificio construido entre 1916 y 1930, concebido como un taller de pintura con un estilo difícil de clasificar –Racionalismo, Modernismo, Art Nouveau…– y que es una de las grandes joyas patrimoniales de Granada.
Sánchez Montalbán y Peralbo posan con una foto de la exposición tomada desde el mismo sitio que la hizo Fernández.
JORGE PASTOR
Pues bien, Francisco Fernández hizo más de mil fotos con su cámara analógica, acompañado de su asistente Francisco José Sánchez Montalbán, y ahora veinticuatro de ellas –veinticuatro joyitas– han sido rescatadas y conforman el ‘corpus’ de ‘En blanco inédito’, una maravillosa exposición que se podrá ver hasta el 20 de noviembre. ¿Dónde? Pues en el vestíbulo del Carmen Blanco –no se ha podido elegir un sitio mejor–.
El pintor Miguel Rodríguez-Acosta retratado por Francisco Fernández en los jardines del Carmen Blanco.
FRANCISCO FERNÁNDEZ
Los comisarios de ‘En blanco inédito’, el propio Sánchez Montalbán, director de la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, y Rafael Peralbo, profesor de la Facultad de Bellas Artes y artista plástico, comentan que uno de los grandes reclamos de esta muestra es que exhiben veintiuna instantáneas del maestro inéditas. «Las otras tres –dice Sánchez Montalbán– había que traerlas porque el propio Paco las tenía entre sus preferidas».
Aunque, sin lugar a dudas, el principal atractivo es la mirada del propio Francisco Fernández.Una mirada que nos enseña lo inmaterial del Carmen Blanco. La evolución de las luces y las sombras, las geometrías, los reflejos, los olores… las emociones. «Él pasaba aquí horas y horas, y lo había observado de todas las maneras y con todos los matices», dice Peralbo. «El Carmen como motivo y como contexto», añade Sánchez Montalbán.
Fotos de la exposición ‘En blanco inédito’.
FRANCISCO FERNÁNDEZ
Y es que el Carmen Blanco no era solo un ‘modelo’ para Francisco Sánchez. Al igual que para el propio Rodríguez-Acosta, también era su ‘estudio’. El lugar donde hizo muchos de los retratos de personalidades granadinas de los años ochenta y noventa. «Paco no solo podía definir visualmente el Carmen, sino también desde un punto de vista vivencial», explica Sánchez Montalbán.
Preproducción
El trabajo de preproducción ha sido vastísimo.Primero porque ha habido que examinar cientos y cientos de negativos guardados en un cajón. Y segundo, y más importante, porque la colección debía tener un discurso, y este ha sido el ‘extrañamiento fotográfico’. Es decir, la abstracción que solo se entiende en el propio entorno. A partir de ahí, Sánchez Montalbán y RafaelPeralbo han seleccionado las composiciones más logradas y más arriesgadas. «Lo que pasa desapercibido para el visitante, pero que Francisco Fernández sí que veía».
Los comisarios han revisado más de mil fotos para la exposición, que se podrá ver hasta el 20 de noviembre
‘En blanco inédito’ no es solo fondo. También forma. «Francisco Fernández siempre usaba paspartú, imprimía en sesenta por cuarenta y colocaba una obra al lado de la otra», comenta Paralbo. «Y nosotros –añade Sánchez Montalbán– las hemos dispuesto como dípticos y trípticos estableciendo relaciones y revelando algunas en 1,20 por 0,80 metros». «¿Esto le habría gustado a Francisco Fernández?», les pregunta el periodista». «No», responden los comisarios al unínoso esbozando una sonrisa. El gerente de la Fundación Rodríguez-Acosta, Íñigo Entrala, asegura que «esta casa tenía una deuda con Francisco Fernández, al que tuve el honor de conocer». «Paco no solo era uno de los mejores, sino que supo capturar como nadie la belleza y la magia de este lugar», resume Entrala.
La exposición se halla en el vestíbulo del Carmen Blanco.
JORGE PASTOR
Francisco Fernández, que estudió en la Escuela de Artes y Oficios, dedicó buena parte de su vida a la dirección de hoteles hasta que realizó un curso de especialización fotográfica en Boston y empezó a trabajar en el periódico Boston Globe. Retornó a mediados de los ochenta a Granada, donde ingresó como docente en la recién creada Facultad de Bellas Artes. Impartía la asignatura de Fotografía. «Él se relacionó desde el primer momento con la gente más interesante de los círculos culturales de Granada, como Julio Juste, pero también de otros ámbitos como la política, la sociedad y la propia Universidad de Granada», subraya Sánchez Montalbán.
El Carmen Blanco, pese a formar parte del perfil urbano de Granada, sigue siendo un gran desconocido.Por eso y por ‘En blanco inédito’ merece mucho la pena visitarlo.
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