«Mamá, ¿ya puedo ser médico?», pregunta de forma recurrente el hijo de Laura Burgos, cirujana pediátrica. El pequeño lleva tiempo diciendo que quiere seguir los pasos de su madre y dedicarse a la Medicina, pero desde hace unos meses sabe que algo no va … bien, pues ha visto a su progenitora manifestarse, protestar y preocuparse más de lo habitual por el trabajo. La ha oído hablar mucho sobre el Estatuto Marco, y aunque no sabe qué significa, entiende que no es algo bueno, por lo que no son pocas las veces que le pregunta si «ya lo han quitado» y puede seguir planeando cómo curará a los pacientes cuando sea mayor. Y aunque de momento no le puede responder que sí, esta médico tiene claro que no dejará de hacer ruido, junto a sus compañeros, hasta conseguir su objetivo: que el Ministerio de Sanidad recapacite e impulse una ley que mejore las condiciones laborales de los facultativos.

Como miles de compañeros, este viernes Laura Burgos va a la huelga contra el Estatuto Marco. Es la segunda vez que lo hace, pues los profesionales ya convocaron otro paro el pasado junio por el mismo motivo. Como en aquella ocasión, son la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) los que hacen el llamamiento, aunque esta vez se han unido también sindicatos de comunidades como Madrid, Cataluña o País Vasco que no están confederados y que hace cuatro meses no promovieron la protesta, por lo que se espera que el seguimiento hoy sea incluso mayor al de entonces.

Son varios los motivos por los que los médicos se ausentan hoy de sus puestos de trabajo, pero si uno sale a relucir con más frecuencia en las conversaciones son las guardias. La última propuesta de Sanidad de Estatuto Marco reduce a 17 horas la jornada de guardia, aunque abre la puerta a ampliarla a 24 por razones organizativas. «Los únicos que estamos 24 horas somos los médicos, y eso si no te tienes que quedar más. Además muchas veces estamos obligados a hacer el viernes y el domingo o el sábado y el lunes… todo justificado por las necesidades del servicio», denuncia Burgos. Insiste esta cirujana del Hospital Gregorio Marañón de Madrid en que las capacidades de los profesionales para atender a un paciente después de trabajar 17 horas seguidas se reducen. En una semana normal, cuenta, puede llegar a superar las 80 horas de trabajo.

«Es inhumano», califica por su parte una anestesista del Hospital de Móstoles, que pone el énfasis en otra de las «injusticias» que la profesión arrastra y que este Estatuto Marco no contempla cambiar: las horas de guardias no computan para la jubilación. «A nadie se le ocurriría que un policía trabajara 24 horas y que ese tiempo no cotizara», sostiene. Pero además esas horas están peor pagadas que la hora de trabajo ordinario. Es decir, un médico que trabaja de guardia a las 3 de la mañana cobra menos que cuando lo hace en consulta a las 12 del mediodía. Tras varias reuniones con los sindicatos médicos, el departamento de Mónica García incluyó un punto en el borrador de la norma en el que se fijaba que la hora de guardia no podía retribuirse por debajo de la ordinaria, pero en la última versión, la que Sanidad pone ahora sobre la mesa con comunidades autónomas y organizaciones, ese mínimo ha desaparecido.

Imagen - «No hay un Estatuto Marco para toda la Administración de Justicia y eso nadie lo cuestiona»

«No hay un Estatuto Marco para toda la Administración de Justicia y eso nadie lo cuestiona»

Xavier Gastaminza

Presidente del Sindicato Médico Catalán (Simecat)

Los médicos insisten en que las guardias deben dejar de ser obligatorias, algo que la ministra Mónica García ha descartado en varias ocasiones. «La atención a la urgencia de la ciudadanía no puede ser voluntaria», dijo hace unos meses la titular de Sanidad. Pero los facultativos reivindican en que si estuvieran limitadas y bien pagadas no habría problemas para encontrar a profesionales que quisieran hacerlas. «Nadie puede obligarnos a hacer guardias. Quienes quieran hacerlas para completar su sueldo deben hacerlas en condiciones, con límites, y bien remuneradas porque hoy en día los facultativos obtienen el 50% de su sueldo gracias a ellas», apunta Irene Bermell, anestesióloga desde hace 18 años en el Hospital de Bellvitge de Barcelona.

Y el malestar no se queda solo en hospitales, traspasa también a la Atención Primaria, que sufre especialmente la saturación del sistema. Rafael Pérez Trullás, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, lo vive en Alicante. Su principal problema, dice, se arrastra por «agendas infinitas» que con el nuevo Estatuto Marco «se mantiene y en algunos aspectos se empeora, porque no se eliminan las guardias de 24 horas». El documento es, a su juicio, «lesivo» y perpetúa una situación que cada vez es más insostenible y que acaba impactando en la salud del propio profesional. «Es terrorífico, compañeros me cuentan cómo a mitad de consulta tienen que parar, llorar, lavarse la cara», relata. Una situación que también él sufre en primera persona.

Rafael Pérez Trullás, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en Alicante

Rafael Pérez Trullás, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en Alicante

JUAN CARLOS SOLER

Como el resto, critica las guardias. «Se han inventado la jornada complementaria, que no existe en ninguna otra profesión y al final son horas extra, la excusa para tener una sanidad barata», critica este facultativo, que ejerce en el centro de salud Cabo Huerta de Alicante.

Estatuto propio

Pero son más los puntos del Estatuto Marco que han generado rechazo entre los médicos. Los profesionales coinciden con el ministerio en que es necesario reformar el Estatuto Marco, pues el actual data de 2003, pero creen que el planteamiento de Sanidad no es el adecuado. En primer lugar, porque consideran que el trabajo de los facultativos tiene unas condiciones muy específicas, como las comentadas guardias, y que por tanto deberían tener una norma propia para el colectivo que recoja esas singularidades.

Entre otros aspectos, denuncian que se atribuyan las funciones de los médicos a otros trabajadores sanitarios o que no se contemplen planes de conciliación y que su tiempo libre se vea mermado por las necesidades del servicio. También que se quiera imponer un régimen de incompatibilidad por el que jefes de servicio y otros cargos similares no puedan ejercer a la vez en la sanidad pública y en la privada o que sus sueldos no se actualicen.

«La huelga es la única forma de defender la sanidad pública»

Laura Burgos

Cirujana pediátrica

La huelga, prosigue Laura Burgos, «es la única forma de defender la sanidad pública», pues el texto de Sanidad, asegura, perjudicará al sistema y, por tanto, a los pacientes. Y afirma que la mayoría de estos últimos lo entienden: «Cuando te ven primero a las 8 de la mañana, luego a las 6 de la tarde, luego a las 3 de la mañana y luego otra vez te preguntan si no descansas. Y mucha gente nos dice que demasiado hemos tardado en rebelarnos, que lo que tenemos no es sostenible».

Irene Bermell, anestesióloga en el Hospital de Bellvitge

Irene Bermell, anestesióloga en el Hospital de Bellvitge

MIQUEL MUÑOZ

«Debemos ser valientes y dar un paso al frente si no queremos que el sistema sanitario público se vaya a pique». Hoy, decidida a dar ese paso, Irene Bermell va a la huelga. Las guardias de 24 horas, la falta de medidas de conciliación laboral y familiar, y unos sueldos «muy por debajo de lo que corresponde en base a los años de formación y el grado de cualificación profesional» son las principales razones que han llevado a esta especialista catalana, vicesecretaria general de Metges de Catalunya, a colgar la bata blanca esta jornada.

Concentraciones por todo el país

Los sindicatos convocantes de las huelgas llaman hoy a los médicos a visibilizar la huelga a través de manifestaciones y concentraciones en las principales ciudades. En algunos lugares las protestas tendrán lugar frente a las sedes de la Delegación del Gobierno -o de la subdelegación en su caso- mientras en otros serán en los hospitales y centros.

En Madrid, por ejemplo, la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) ha convocado una manifestación que empezará en el Congreso de los Diputados y finalizará frente al Ministerio de Sanidad. En Zaragoza los médicos se concentrarán en la plaza del Pilar mientras en Barcelona lo harán frente al Departament de Salut.

Bermell denuncia la progresiva precarización de la profesión médica como consecuencia de la falta de recursos en el sistema y exige un reconocimiento diferencial de este colectivo profesional con respecto a otros del sector sanitario. «¿Por qué los médicos son los únicos que pueden trabajar hasta 45 horas semanales? No soy una heroína, soy una trabajadora que pide un límite horario y un reconocimiento congruente con mi nivel de responsabilidad y formación. Queremos un trabajo digno», señala.

El futuro

Ese trabajo digno es el objetivo que persiguen los MIR que se suman hoy también al paro, como Sara Fernández Cortés, residente de tercer año de Cirugía Torácica en Zaragoza. Cree que la situación de los médicos es ahora mismo «terrible» y que con el Estatuto Marco irá a más. Los jóvenes que están ahora en formación como ella, dice, se plantean irse de España o dejar la profesión ante un futuro que ven cada vez más negro. «Al final lo que van a conseguir es que nos vayamos de España«. La ley, defiende, no puede «homogeneizar» a todos los profesionales del sistema. «Evidentemente somos un equipo, cada uno con sus competencias y responsabilidades, pero las del médico son muy concretas», asegura. Esto no va de quitarle derechos a nadie, dice, sino de «pelear por mejorar las condiciones de los médicos».

Y ahora es el momento de luchar por mejorar esa situación, asegura Fernández Cortés, pero eso, apunta por su parte Xavier Gastaminza, presidente del Sindicato Médico Catalán (Simecat), pasa por lograr un estatuto propio. «No hay un Estatuto Marco para toda la Administración de Justicia y eso nadie lo cuestiona. No puede ser que estemos en un pack único», afirma. Advierte, asimismo, de los riesgos de esta situación. «Cada vez hay más éxodo de médicos a otros países. Salen de España debido a las malas condiciones laborales que hay en nuestro país», y augura que seguirá pasando.