Las abdicaciones en cortes como la de Reino Unido o Noruega no son una tradición. El monarca muere con las botas puestas. Sin embargo, las casas reales del Benelux sí están acostumbradas a que los relevos en el trono se produzcan en vida. Incluso en el caso de Luxemburgo siendo relativamente jóvenes.
Es precisamente este pequeño país europeo el que protagoniza el último traspaso de una corona. El 3 de octubre de 2025 Enrique I de Luxemburgo dice adiós a 25 años en el trono, que hubiera complido exactamente el 7 de octubre. Ese mismo día, su hijo mayor y heredero, el príncipe Guillermo, se convierte en gran duque de Luxemburgo. Su subida al trono llega exactamente un año después de que fuera nombrado Lugarteniente Representante, un cargo que se otorga para que se produzca una transición entre un reinado y el siguiente.
Los actos de proclamación se celebran durante tres días. Todo empieza el viernes 3 de octubre de 2025 en la ciudad de Luxemburgo, prosigue el sábado 4 en diversos puntos del país y finaliza el domingo 5 de octubre nuevamente en la capital. Por supuesto lo más relevante tiene lugar el primer día, fecha en la que Enrique de Luxemburgo abdica y es proclamado su hijo. Desde ese momento comienza el reinado del hasta entonces discreto heredero, que toma la corona a los 43 años.
Enrique de Luxemburgo en su proclamación como gran duque de Luxemburgo junto a María Teresa de Luxemburgo.Pool DEMANGE/SCORCELLETTI
La jornada del viernes se inicia a las 10:00 horas con la ceremonia de abdicación de Enrique de Luxemburgo en el Palacio Gran Ducal. Se acaba su tiempo y el de la gran duquesa María Teresa, su consorte, esposa, madre de sus hijos, abuela de sus nietos y su fiel compañera de vida.
Se han apoyado en los buenos y en los malos momentos. Enrique no dudó en ponerse del lado de su mujer cuando el Informe Waringo reveló comportamientos abusivos de María Teresa de Luxemburgo con personal de palacio. La consorte perdió mucho poder en la corte, pero su figura siguió siendo relevante y su marido le defendió en público. Ambos superaron la polémica y siguieron adelante. Tras la abdicación esperan pasar más tiempo juntos alejados de sus principales obligaciones oficiales.
Todos los actos en honor al nuevo gran duque
A las 11:00 horas llega el momento más importante del día con la ceremonia de jura del gran duque Guillermo en la Cámara de Diputados. Con este acto Guillermo se convierte en el gran duque de Luxemburgo, en la cabeza de la casa ducal y en jefe del Estado. Llega el momento más importante de su vida, al menos a nivel institucional, y se escuchará su primer discurso como gran duque.
A las 12:15 horas se produce la aparición de la familia gran ducal desde el balcón del palacio, en la capital del país. Desde allí saludan los nuevos grandes duques Guillermo y Stéphanie, los anteriores, Enrique y María Teresa, y los hijos de la pareja reinante, Charles y François de Luxemburgo. Los niños, nacidos en 2020 y 2023, respectivamente, suponen la continuidad dinástica. Además, Charles se convierte en el heredero más joven de la realeza europea.
Guillermo de Luxemburgo y su padre Enrique de LuxemburgoPatrick van Katwijk
A las 13:10 horas se produce una bienvenida en el Ayuntamiento de Luxemburgo, a lo que sigue un encuentro con la ciudadanía un cuarto de hora más tarde en la plaza Guillaume II, donde se podrá ver a los grandes duques saludando a quien se quiera acercar a ellos y felicitarles. Y de ahí al Cercle Cité, donde el Gobierno ofrece una recepción en honor a Guillermo y Stéphanie.
Para cerrar el día, a las 19:00 horas tiene lugar una cena de gala en el Palacio Ducal. Aquí llega el momento más vistoso de la proclamación al poder admirar bandas, condecoraciones, vestidos de gala y grandes joyas, sobre todo tiaras. La gran incógnita es si Stéphanie se colocará por primera vez la tiara Imperio o tiara Gran Ducal, reservada para las grandes duquesas y que por fin podrá ponerse si así lo desea.
Lo que no es una incógnita es que a la cena de gala no acuden los reyes Felipe y Letizia. El motivo es que se invita a representantes de los países que hacen frontera con Luxemburgo y a autoridades europeas. Por ello, a los actos acuden los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Países Bajos acompañados de su hija Amalia, Felipe y Matilde de Bélgica con la princesa heredera Elisabeth, el presidente y la primera dama de Francia, Emmanuel y Brigitte Macron, y el presidente y la primera dama de Alemania, Frank-Walter Steinmeier y Elke Büdenbender. Además, se invitó a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y al presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda y Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo en la Visita de Estado de los reyes de Países Bajos a Luxemburgo.Patrick van Katwijk
Acaban así los festejos del primer día, pero las celebraciones no terminan. El sábado 4 de octubre el gran duque Guillermo visita Grevenmacher para reunirse con miembros de la sociedad civil, voluntarios y profesionales involucrados en la promoción e influencia del deporte y sus atletas. Posteriormente se traslada a Wiltz para rendir homenaje a la diversidad y la convivencia con una videoinstalación participativa y un espectáculo musical. De ahí a Steinfort, donde se ve con personal sanitarios y pacientes del hospital de la zona.
Luego a Dudelange, donde asiste a un espectáculo coreográfico, y para terminar en la capital, donde los grandes duques entran por el puente de la gran duquesa Carlota. Aquí les acompañarán músicos y bailarines. Y como cierre al día, esa noche el campus de Glacis se convierte en escenario de un concierto seguido de un espectáculo de drones.
Después de tanta celebración, la casa gran ducal hace gala de ser una monarquía católica, así que el domingo 5 de octubre a las 11:00 horas el cardenal Jean-Claude Hollerich preside un Te Deum en la Catedral de Notre-Dame de Luxemburgo. Se espera una amplia presencia de la familia gran ducal, una dinastía que se reinicia con la subida al trono de un nuevo gran duque.