Las artes marciales mixtas no son un deporte cualquiera. A diferencia de disciplinas como el fútbol, donde muchos atletas parten desde una base más acomodada, en las MMA incluso las mayores leyendas arrastran historias de superación dignas de película, muy alejadas del estatus de superestrella que cualquiera pueda imaginarse. El caso de Jiří Procházka es uno de los más reconocidos dentro de la UFC, la liga más prestigiosa del mundo de este noble arte que, en muchas ocasiones, convierte los sueños en realidad.
El checo, excampeón del peso semipesado en 2022 tras vencer al veterano Glover Teixeira, creció en un entorno turbulento en las calles de Brno, su ciudad natal, donde la violencia lo llevó a involucrarse en peleas callejeras vinculadas a equipos de fútbol. Tiempo después, decidido a dejar atrás ese mundo, encontró en las artes marciales un refugio: un ecosistema que le brindó la paz necesaria para encauzar su vida y construir una nueva identidad.

Jiri fue campeón ante Glover Teixeira / UFC
Hoy, en pleno 2025, Procházka atraviesa un presente esperanzador. Se ha convertido en una de las figuras más queridas del universo MMA, cautivando a los aficionados con su carisma, su eterna sonrisa y un estilo de combate tan imprevisible como letal. Con 27 victorias por KO dentro de su récord de 31-5-1, “BJP” encara este sábado, en el UFC 320, uno de los desafíos más grandes de su carrera. Tras haber perdido sus dos últimas oportunidades titulares frente a Alex Pereira —ambas por nocaut—, el checo se medirá a Khalil Rountree Jr. en una eliminatoria directa por el cinturón. El vencedor tendrá muchas papeletas para convertirse en el próximo retador al trono de las 205 libras.
Peleas de 30 contra 30 en las calles de Brno
En su adolescencia, Jiří Procházka encontró en el hooliganismo una vía de escape a la rabia y el vacío que arrastraba tras la muerte de su padre. Fanático del FC Zbrojovka Brno, se unió al grupo de ultras del club y participó en enfrentamientos organizados contra hinchadas rivales. No eran simples peleas: hablamos de auténticos choques campales, de hasta 30 contra 30, que se repetían casi cada fin de semana. El propio Procházka admite haber participado en más de un centenar de combates de este tipo, describiéndolos como “una versión un poco más regulada de las peleas callejeras”.

Jiri, de joven / INTERNET
Con el tiempo, sin embargo, comprendió el límite de ese mundo. Aunque hoy reconoce que aquellas experiencias lo endurecieron y moldearon su carácter competitivo, también admite arrepentimiento por la violencia desmedida. “Fue parte de mi vida, y sin eso no sería quien soy ahora”, ha declarado, aunque subraya que ahora ese caos juvenil solo lo desata dentro de la jaula, en el marco del deporte. De ese pasado turbulento nació la energía que, más tarde, supo canalizar gracias a las artes marciales y a la disciplina del Bushido.
A por el título
Esas dos dolorosas derrotas ante el ‘Poatan’ hirieron las esperanzas de Jiri de dominar la división, aunque el escenario que se presenta este sábado en caso de victoria puede darle una segunda juventud al checho. Tras anquiliar por KO a Jamahal Hill en enero, un triunfo dominante de Procházka ante un chico como Khalil, que rozó de hecho el triunfo ante Pereira, lo colocarían de nuevo en lo más alto del ránking junto a Carlos Ulberg. Además, una victoria en el combate titular por parte de Ankalaev, con quien nunca se ha medido, abriría la posibilidad de una nueva rivalidad en el trono de las 205 libras entre el de Brno y el de Daguestán.