Mar Casas, especialista en protocolo que se desempeña como docente en la Universidad Miguel Hernández y ha asesorado a instituciones como la OTAN y el Museo Nacional de Arqueología, decidió volcar su experiencia al mundo infantil a partir de su rol como madre.
Su libro infantil La fiesta de la mesa busca rescatar los rituales familiares en torno a la comida como espacio de aprendizaje, convivencia y educación emocional.
Inspirada en su hijo Jorge, creó un cuento ilustrado por Cristina Velado en el que dos hermanos, Julia y Miguel, aprenden a poner la mesa de manera lúdica, con canciones y juegos que convierten el protocolo en una herramienta pedagógica. “Cuando un niño toca, canta, observa y juega, recuerda; y cuando recuerda, aprende”, explicó durante la entrevista.
En este marco, el doctor Enrique Orschanski destacó la relevancia de esta propuesta en un tiempo donde, según señaló, “los rituales familiares se están perdiendo, reemplazados por pantallas y ritmos de vida acelerados”. La mesa, recordó, es mucho más que un espacio para alimentarse: es un momento de encuentro, de socialización y de transmisión de valores.
Casas coincidió y agregó que el protocolo no se reduce a la etiqueta, sino que involucra atención, respeto y cortesía. “Es imposible educar sin buena educación”, afirmó, y subrayó que los niños necesitan referentes adultos que los guíen en hábitos y conductas. Su libro ya se utiliza en colegios de Murcia y se prepara para llegar a Madrid y otras comunidades, e incluso ha mostrado resultados positivos en niños dentro del espectro autista.
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Con una mirada que combina historia, arte y pedagogía, La fiesta de la mesa propone que los rituales cotidianos —desde usar la servilleta hasta agradecer en la mesa— se conviertan en herramientas de formación integral. “Nutrirse no es solo comer, es estar con otros, mirarse a los ojos”, concluyó Orschanski. Y desde España, Casas dejó abierta la invitación a padres y educadores de todo el mundo: “Con pequeños gestos podemos formar a los líderes del mañana”.