Actualizado Viernes,
3
octubre
2025
–
22:33
Tras cuatro días de tensa espera en la Franja de Gaza, Israel y la región y más de cuatro horas después del sonoro ultimátum del presidente estadounidense, Donald Trump, Hamas ha dado su respuesta al plan de paz anunciado por la Casa Blanca, aprobado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y apoyado por numerosos países liderados por los mediadores Egipto y Qatar.
Y, como muchos pronosticaban, no se trata de una respuesta contundente sino matizada. El grupo islamista expresa su disposición a entregar «todos los rehenes muertos y vivos» en cautiverio desde el ataque del 7 de octubre del 2023 y renunciar a la administración de la Franja de Gaza bajo su control desde el 2007 pero pide negociar sobre otros puntos importantes del plan anunciado el pasado lunes. Por ejemplo, todo lo relacionado con el calendario del repliegue israelí del devastado enclave palestino.
«De acuerdo con la fórmula de canje contenida en la propuesta del presidente Trump, y mientras se cumplan las condiciones del intercambio en el terreno», dijo en alusión al canje de los 48 rehenes por 250 presos palestinos con cadena perpetua y 1700 gazatíes detenidos desde la masiva ofensiva militar lanzada en respuesta al ataque de hace casi dos años.
«En este contexto, el movimiento afirma su disposición a entrar inmediatamente en negociaciones a través de mediadores para discutir estos detalles», añade el grupo integrista.
Tras decir que la entrega de los rehenes en 72 horas, como marca el Plan de Trump, «es una cuestión teórica y no práctica en las circunstancias actuales», el dirigente de Hamas, Musa Abu Marzuk, declaró a la cadena catarí Al Yazira: «Entablaremos negociaciones sobre todos los asuntos relacionados con el movimiento y las armas. Todos los detalles relativos a la fuerza de mantenimiento de la paz requieren aclaración y acuerdo; el plan no puede implementarse sin negociaciones».
El liderazgo de Hamas -ya sea en el exterior con sede en Doha o lo que queda de dirigentes en la franja de Gaza- había mantenido consultas internas y con Egipto, Turquía y sobre todo Qatar sobre un plan que les garantiza el fin de la ofensiva militar a cambio de una serie de demandas contrarias a los principios negociadores del grupo islamista. Por ejemplo, la entrega de armas y el desarme de la Franja de Gaza, una retirada gradual y no completa del ejército israelí o el despliegue de la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés) en el enclave palestino antes de que el control sea asumido por una Autoridad Nacional Palestina reformada sustancialmente.
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