Menorca y Obradoiro arrancaron la competición liguera con un partido eléctrico que evidenció que esta temporada el Hestia llega a la competición con otra perspectiva. El cambio de paradigma se antoja irreversible para el club menorquín.
La tiranía defensiva impuesta por los hombres de Javier Zamora provocó el colapso del juego ofensivo visitante, que evidenció, especialmente en la segunda mitad, un cansancio preocupante. El cuadro local, catapultado por el tremendo acierto desde el triple (18 de 31) y el ritmo vertiginoso impuesto por su línea exterior en el inicio del tercer cuarto, dinamitó el partido y desde el triple, finiquitó cualquier opción para el equipo gallego.

Comodín Sola
Como es habitual, Zamora adaptó su quinteto inicial a las circunstancias y colocó a Sola en el cinco, Westermann sería su objetivo. Wembi, Vicedo, Littleson y Cone acompañarían al escolta madrileño. Por su parte, Diego Epifanio eligió a Huskic, Galán, Quintela, Westermann y Barrueta de entre su arsenal de jugadores curtidos en mil batallas para iniciar el partido.
El inicio fue esperanzador para Obra. Huskic imponía su ley bajo la canasta y aprovechaba su ventaja ante los interiores menorquines, Hestia respondía encontrando a Vicedo, Sola consolidaba el rebote y Hestia conseguía asimilar el impacto inicial y ajustar el marcador. Lo detiene Javi tras dos pérdidas consecutivas, 17/17 tras canasta del imponente Dos Anjos, Littleson infalible en este cuarto provocó el primer tiempo muerto de Epi.
Las alternancias defensivas planteadas y el ilusionante debut de Fynn Schott en el juego interior aportaron mejoría en el juego local. 23-19 al final tras tiros libres de un colosal Sola.
Aplastamiento insular
Tras la pausa entre cuartos, Lobo y Schott aportaron consistencia al ataque local, Figueras fue tomando velocidad, Hestia apretó los dientes en defensa y lentamente fue incrementando las diferencias en el luminoso.
Obra, en cambio, perdió el foco y se mantuvo en partido gracias a su acierto desde el tiro libre. Lo tuvo que parar Epifanio para reestructurar esquemas, no sirvió y mientras tanto Hestia con Sola y Cone sumados definitivamente a la causa conseguían incrementar una ventaja que en este segundo cuarto llegó hasta los 15 puntos tras cuatro tiros libres del americano del Hestia.

Lo intentó de todas formas Epi, pero los destellos de sus referentes eran insuficientes para aplacar los ánimos menorquines. Lobo, zarpazo a zarpazo desde el triple (5 de 8) hacía creer a los suyos. Sola cierra el cuarto, cómo no, desde el triple colocaba en disposición óptima para optar al partido.
Tras el regreso de los vestuarios, el partido cambió radicalmente, los gallegos rompieron a sudar y de la mano de Dos Anjos entran en partido. Se sumó Barrueta para colocar un intrigante 54-47. La cuarta de Arteaga propició la aparición de los mejores minutos de Schott en partido, aportando la solidez que con Wembi y Vicedo se hizo con el control del juego interior. Con Barcello controlado, el Obra no es tan fiero como lo pintan, pero los recursos disponibles de Epi, si no son ilimitados, son extensos y los gallegos guiados por Quintela y Westermann, castigaban desde el tiro libre y mantenían la igualdad en este tramo de partido, 64 -57 a falta de tres minutos.
Más de lo mismo
Olió la sangre Zamora y consiguió que los suyos mantuviesen el ritmo frenético hasta el final del cuarto, el físico del Obra se resintió y los locales guiados por un descomunal Lobo cerraron el penúltimo periodo 74-61.
Léo Westermann descorchó el último acto con dos canastas dignas de su clase, Hestia no encontraba el acierto desde el perímetro pero Wembi aseguraba el rebote y mantenia la distancia, lo puso en pausa Zamora que tras la mejora en la circulación del Obra y el acierto de Etxeguren reducía la ventaja hasta el 79-72 a falta de algo más de seis minutos.
Javi juntó en pista a los más expertos del grupo y Figueras controla el tempo como pocos, los segundos caen y Hestia sabe llegar al final más fresco, con las ideas más claras y sobre todo con más acierto. Descomunal victoria. El factor Bintalfa se pone ‘modo ON’. Aviso a navegantes.