«A mis 70 años estoy estupendo, me mantengo muy bien física, mental y sexualmente. No necesito absolutamente nada, todo lo que tengo es natural», afirmó Orlando en su presentación en First Dates este lunes.
El cubano le contó a Carlos Sobera que llevaba más de 25 años viviendo en España: «Me ha ido bien aquí», reconoció el electricista jubilado. Pero el presentador también quiso que le hablara de su experiencia en el amor.
«Me ha ido bien. En Cuba iba holgado financieramente hablando y tenía dinero para venirme a buscar una nueva vida», recordó.
«Me he casado varias veces», añadió, dejando sorprendido al conductor del programa de Cuatro, que quiso que le concretara un poquito más la cifra de matrimonios.
«En Cuba me casé siete veces. Aquí en España el récord me bajó mucho, solo me he casado una vez. Pero podría haberme casado muchas más, era muy solicitado», ha continuado.
«¿Pero cómo te puedes casar siete veces?», le dijo Sobera. «Yo siempre he tenido un criterio con respecto a las relaciones amorosas. Los matrimonios, para mí, han sido como los yogures, con fecha de caducidad«.
El presentador también le preguntó cómo tendría que ser su «novena mujer». El cubano le contestó que «primero, me encantan las mujeres que sepan estar, de buenos modales y con una dentadura preciosa».
A continuación llegó su cita, Paqui, y nada más verla, Orlando exclamó: «¡Oh, es un ‘cromón’ de tía!». Y le dijo: «Todo un placer, señorita. Cupido ha cumplido mis objetivos y todas mis expectativas. ¿Qué hace usted para conservarse tan bien?».
Ambos pasaron a la mesa para conocerse un poco más y encontrar puntos en común. Tras la cena, pasaron a la Sala de la intimidad, donde Orlando cogió uno de los papelitos donde les indican a los solteros qué hacer.
«Dale a tu cita un beso que no olvidará», afirmó el cubano, que fue directo a besar a la madrileña, que no resistió, pero no lo alargó tanto como el dater habría querido.
Al final, Paqui sí que quiso tener una segunda cita con Orlando «pero si vamos más despacio…». El cubano, por su parte, también quiso volver a quedar: «Estoy dispuesto a bajar una marcha para subirla cuando ella quiera».