Los Jardines del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos en el Paseo del Limonar acogieron en la tarde-noche de este miércoles una nueva edición del tradicional Pregón Taurino de la Feria de Málaga, que este año ha contado como gran protagonista con el gran aficionado José María Morente, director gerente del Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga.
La presidenta de la entidad colegial, Leonor Muñoz Pastrana, dio la bienvenida a este tradicional evento a los numerosos aficionados en un acto que contó con la intervención de la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucia en Málaga, Patricia Navarro; el subdelegado del Gobierno en Málaga, Francisco Javier Salas; y el presidente de la Diputación, Francisco Salado. La participación institucional del Ayuntamiento de Málaga, representada por el alcalde, Francisco de la Torre, coincidía con la presentacion del pregónero; destacando su faceta investigadora dentro del mundo taurino, así como sus logros profesionales al frente de actividades de gran responsabilidad como la de haber sido Director General de Urbanismo de la Junta de Andalucia.
El pregón comenzó con un breve recorrido por la evolución del toreo: desde el caos inicial hasta la organización racional instaurada por Francisco Montes Paquiro, figura clave que disciplinó la cuadrilla, definió los roles y contribuyó a crear el reglamento taurino que tuvo a Málaga como pionera en su aplicación, bajo el impulso de Melchor Ordóñez en 1847. La historia taurina de Málaga se desgranaba en plazas legendarias previas a La Malagueta —como la de Álvarez— y festejos memorables, pasando por nobles locales, toreros míticos y anécdotas entrañables.
Morente reflexionó sobre la evolución de las suertes taurinas: de las varas y la estocada como elementos esenciales, a la importancia actual del capote y la muleta, sin olvidar que lo esencial del toreo es la inteligencia y entrega del hombre frente a la bravura noble del toro.
Igualmente, el pregonero defendió un toro ágil, atlético y bien proporcionado, y eligió para su cartel soñado seis toros de los antiguos Pablo Romero, con tres toreros a gusto del público, resaltando la singularidad de la afición malagueña, abierta, hospitalaria y plural, que sabe apreciar todas las tauromaquias, desde la artística a la valerosa o la técnica.
Después de contrastar el ambiente y comportamiento de diferentes plazas (Pamplona, Sevilla, Madrid) quiso ensalzar el estilo propio de Málaga: un público que va a los toros con alegría, desde el paseo por El Parque hasta el respeto en la plaza, sabiendo ver, sentir y valorar el toreo desde el alma.
El pregonero destacó figuras que han marcado la historia reciente de la Malagueta: desde Litri, Ordoñez, Manolo Segura, Miguel Márquez, Paquirri, Manzanares, Ojeda, Curro Romero, Paula, Joselito, Juli, hasta José Tomás; dedicando un sentido reconocimiento a Saúl Jiménez Fortes, malagueño puro y renovado, y a Morante de la Puebla, genio atemporal que revive suertes olvidadas con duende nuevo.
Cerró el pregón con una firme defensa de la tauromaquia como expresión culta y popular, respaldada por la historia, la literatura y las artes; así como reivindicando el legado intelectual y artístico del toreo frente a los intentos revisionistas de la historia. Finalizó con una reflexión: a los toros, en Málaga, no se va a sufrir, se va a emocionarse, a disfrutar, a vivir el milagro del toreo con la ilusión de un niño y el saber de un anciano.