Forman el tándem perfecto porque su complicidad personal y laboral escapa a cualquier parentesco. Verlas trabajar es, sencillamente, otra historia. Por un lado está ella, Esther García Capdevila, la mujer de armas tomar, paso firme e inmenso talento que ha construido un innegable y único legado en torno a ESMA Events, la empresa que ha hecho posibles grandes hitos de la moda en España -del desfile de Dior en Sevilla a producciones únicas para firmas como Desigual o pasarelas con inequívocos aires internacionales como Gran Canaria Swim Week- con un verdadero referente. 

A su lado, Coco Camprubi, un gran talento que ha crecido respirando el oficio y lo ha hecho suyo con naturalidad: mirada contemporánea, temple y ambición serena que todo lo eleva un paso más allá. Entre ellas, madre e hija, presente y futuro de una industria fashion patria que necesita de su magia pero también de esa certeza suya que reivindica cultura, disciplina, belleza y respeto. Un legado tejido a dos voces, con calma y amplia sonrisa. El alma viva de la moda, latiendo detrás del telón…

Forman el tándem perfecto porque su complicidad personal y laboral escapa a cualquier parentesco

Ambas, nos reciben con calidez en su refugio barcelonés aunque Coco, nos explique que se acaba de independizar. “Esta casa fue una sorpresa”, dice Esther, recordando cómo entró un día y sintió que en sus paredes estaba escrito su nombre. Y no exagera: la arquitectura singular, la cocina convertida en punto de encuentro -aunque ninguna de ellas se rinda al arte culinario- el aire de laberinto que siempre sorprende a los visitantes… todo lleva su sello.

Comienza la charla en la terraza con la cálida luz de la Ciudad Condal que nos invade. Coco sonríe mientras acaricia los bordados de su shari, esa túnica traída de la India que ambas seleccionaron como uno de los atuendos elegidos para el shooting de esta entrevista casi, como un guiño a su complicidad. Un look, rematado por un collar de Tiffany que comparten como si fuera un talismán familiar, que las envuelve en un halo bohemio y sofisticado, como si el glamour y la intimidad pudieran convivir de forma natural. “

Buen gusto y confort en todos los rincones de la casa: desde la terraza decorada con espejos, al salón, con un cuadro que Esther compró en uno de sus viajes a Japón

Buen gusto y confort en todos los rincones de la casa: desde la terraza decorada con espejos, al salón, con un cuadro que Esther compró en uno de sus viajes a Japón

Carlos Puig Padilla

Cuando vivíamos juntas era fácil: hoy te lo pillo, mañana te lo pones tú”, recuerda Esther. Ahora, ya con Coco independizada, ese gesto se ha convertido en algo más simbólico: “Siempre voy a su armario, me encanta. Tenemos la misma talla y el mismo número de pie, así que podemos compartirlo todo”, dice ella entre sonrisas. Y Esther confirma: “Yo siempre le digo: llévate lo que quieras”.

En ESMA Events, la empresa fundada hace ya casi tres décadas, conviven generaciones y miradas. “Lo más importante es rodearte de un equipo que comparta tu pasión y tu mirada. Nos gusta mezclar diferentes generaciones. Así es como trabajamos y como vivimos”, afirma García Capdevila. Porque en las bambalinas de las pasarelas hay mucho más que luces y modelos… “Un desfile dura 15 minutos, pero detrás hay meses de trabajo. Por ejemplo, la iluminación es el idioma de la moda: no es para ver, es para emocionar…”. Para ella, el sector siempre ha sido sinónimo de disciplina, respeto y emoción. Lo aprendió como directora de casting en los noventa, cuando las supermodelos eran diosas, pero para ella, “la puntualidad y la profesionalidad eran innegociables”.

“Lo más importante es rodearte de un equipo que comparta tu pasión y tu mirada”

Esther García Capdevila

Coco escucha y asiente. Creció entre bastidores, mirando cómo su madre hacía posible lo imposible: “Más que heredera, me siento continuadora de lo que mi madre ha creado y quiero seguir sus pasos con mi propio criterio”. En el estudio, la llama Esther; en casa, mamá. Esa separación ha sido siempre la clave para que la relación personal y la profesional convivan en armonía. “A veces, sólo le digo calma y volvemos a empezar”, cuenta entre risas. Esther lo confirma: “Me conoce tanto que sabe cuándo insistir y cuándo dejarme concentrada”. La joven -aún veinteañera- aporta calma y cultura visual, esa mirada de una generación que vive entre TikTok e Instagram: “Hoy todo el mundo es creador de contenidos. La pasarela ya no es sólo para los invitados, es 360 grados”, señala sabiendo que las reglas del juego han cambiado y es adaptarse o morir.

Juntas, son un engranaje perfecto. Lo son en los pasillos de casa, donde se prueban ropa de armarios que parecen infinitos: “Me inspiran diseñadores como John Galliano o Roger Font”, dice Esther… “Yo, me fijo más en Jonathan Anderson o en The Row, de las hermanas Olsen”, reconoce Coco. Lo son comentando alfombras rojas y analizando colecciones, como si el backstage siguiera latiendo incluso en la familiaridad de su salón. Y lo son, sobre todo, cuando trabajan: madre e hija, pero también directora y productora, creatividad y logística, experiencia y futuro… y Esther García Capdevila ha comenzado a querer delegar: “Me gustaría seguir guiándola, pero cada vez menos en todas las teclas”, admite, confesando que sueña con pintar, tocar el piano, abrirse a otros mundos. 

Juntas, son el engranaje perfecto en ESMA events

Juntas, son el engranaje perfecto en ESMA events

Carlos Puig Padilla

Pero no sólo Coco forma parte de ese futuro: Joel, el hijo mayor, también se ha integrado en ESMA y trabaja codo con codo con ellas. “Estoy muy orgullosa de que mis hijos estén conmigo, es algo que me emociona profundamente”, dice Esther. Ese legado, compartido entre hermanos, consolida la visión de que ESMA no es sólo una empresa, sino una familia extendida que late detrás de cada desfile.

Aquí, el relevo generacional se escribe con ternura y con respeto, con la certeza de que, más allá de los focos, hay una herencia que se cuida y se renueva. Y hay gratitud. La de Coco a Esther, que cierra con un susurro: “Gracias por enseñarme perseverancia y esfuerzo. Y por darme la oportunidad de convertir en vida la pasión que compartimos”.