La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara) celebró su primera edición en 1987. Fue creada por la Universidad de Guadalajara en conjunto con el Gobierno del Estado, la Cámara de Comercio, y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana con el propósito de consolidar un espacio profesional y cultural que reuniera al mundo editorial en torno a la literatura en español, y buscando posicionar a México en el mapa internacional del libro. Desde entonces, la FIL ha crecido hasta convertirse en el encuentro literario más grande de Hispanoamérica y en la feria del libro más importante del mundo en lengua española, sólo superada en tamaño global por la Feria del Libro de Fráncfort. Casi cuarenta años en los que EL INFORMADOR ha estado presente, escribiendo la historia de este emblema jalisciense en el mundo, desde el día uno.

“Con objetivos nobles y especialmente ambiciosos, y una organización muy bien llevada, la Feria Internacional del Libro, que se llevará a cabo en Guadalajara en las instalaciones de la Expo, promete ser no solo el evento más sobresaliente en su clase jamás llevado a cabo en la capital jalisciense, sino de los más importantes a nivel latinoamericano”, publicó este diario en 1987. “De acuerdo con los propósitos enunciados por los organizadores, esta Feria se prepara para que cobre proyección internacional y promueva “alrededor del mundo los libros publicados en español”.

La primera FIL se celebró del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 1987, y estuvo dedicada a Juan José Arreola, por ser “la mayor figura viva que Jalisco ha dado a la literatura mexicana”. Contó con las palabras inaugurales de Trinidad Padilla López, el entonces gobernador Enrique Álvarez del Castillo, y el entonces rector de la Universidad, Enrique Javier Alfaro Anguiano.
Durante sus primeros cuatro días, en los que hubo seminarios, no estuvo abierta al público. En sus primeras ediciones, la FIL congregó apenas a un centenar de editoriales, situación que cambiaría en muy pocos años, recibiendo, actualmente, a miles de sellos de más de sesenta países.

A lo largo de su historia, ha recibido a escritores de renombre internacional, como: William Golding, Toni Morrison, Nadine Gordimer, Salman Rushdie, Orhan Pamuk, Günter Grass, y Jean-Marie Gustave Le Clézio, entre otros muchos. 

También ha sido hogar de los titanes iberoamericanos, como: Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, José Saramago, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Isabel Allende, entre otros. Es decir: en los pasillos de la FIL Guadalajara han desfilado los grandes nombres de las letras internacionales y del “Boom” latinoamericano. Se recuerdan especialmente célebres la edición 20, acontecida en 2006, en las que Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y José Saramago entregaron en persona el Premio FIL Literatura al escritor Carlos Monsiváis; en esa misma edición, Saramago presentó la obra “Las intermitencias de la muerte” junto con Gael García.

El escritor portugués, además, brindó una conferencia magistral frente a cientos de personas, en donde también esta casa editorial estuvo presente. “José Saramago respondió todo y no utilizó el silencio al estar en desacuerdo con alguna observación. Su visita sirvió para conocer al escritor y al hombre que muestra un compromiso social a través de sus letras y guarda la congruencia al dirigirse a la gente en persona”, narró EL INFORMADOR, hace 19 años.

Un proyecto consolidado

En su historia, como todo, la FIL no ha estado exenta de dificultades. Una de las más recientes se dio tras el fallecimiento en 2023 de Raúl Padilla López, quien durante décadas fue el presidente y figura clave detrás de la feria. Su muerte generó incertidumbre sobre el futuro del evento, aunque la dirección encabezada por Marisol Schulz logró mantener la continuidad y demostrar que el proyecto está institucionalmente consolidado. También ha habido tensiones políticas, desde el gobierno local hasta el gobierno federal; la pandemia de COVID-19, además, representó uno de los mayores retos en la historia de la feria.

En 2020, el evento tuvo que trasladarse por completo al ámbito digital, cancelando su tradicional formato presencial. Aunque se logró mantener una programación en línea, el impacto fue fuerte en términos de público, economía y participación editorial. “La edición 34 de la FIL ha sido dedicada a la memoria de quienes han muerto en el mundo a causa del Coronavirus, así como al personal que le ha plantado cara”, escribió EL INFORMADOR el 29 de noviembre del 2020. Esta Feria no tiene país invitado de honor este año, lo que permite entregarle todos los honores al personal de salud que, sin tregua, ha atendido a millones de víctimas”.

Sin embargo, la FIL se recuperó rápidamente: en 2022 ya contaba con más de 800 mil visitantes y en 2023 superó los números previos a la pandemia, alcanzando cerca de 860 mil asistentes. En 2024 logró incluso cifras históricas cercanas al millón de visitantes, con la participación de casi tres mil editoriales y delegaciones de más de sesenta países.

Una feria  de alcance internacional

Cada año, además, un país o región es invitado de honor, lo que permite mostrar su literatura, arte y cultura, y establecer diálogos con la Perla Tapatía. Desde 1993 han sido invitados países y ciudades como: Colombia, Argentina, Perú, España, Portugal, Italia, India, la Unión Europea y Cataluña, lo que ha consolidado a la FIL como un espacio de encuentro multicultural.

Estos han sido los invitados de lujo en Guadalajara:

  • 1993: Colombia.
  • 1994: Nuevo México, EU.
  • 1995: Venezuela.
  • 1996: Canadá.
  • 1997: Argentina.
  • 1998: Puerto Rico.
  • 1999: Chile.
  • 2000: España.
  • 2001: Brasil.
  • 2002: Cuba.
  • 2003: Quebec, Canadá.
  • 2004: Cataluña, España.
  • 2005: Perú.
  • 2006: Andalucía, España.
  • 2007: Colombia.
  • 2008: Italia.
  • 2009: Los Ángeles, EU.
  • 2010: Castilla y León, España.
  • 2011: Alemania.
  • 2012: Chile.
  • 2013: Israel.
  • 2014: Argentina.
  • 2015: Reino Unido.
  • 2016: América Latina.
  • 2017: Madrid, España.
  • 2018: Portugal.
  • 2019: India.
  • 2020: Debido a la pandemia, no hubo 
  • invitados.
  • 2021: Perú.
  • 2022: Sharjah, Emiratos Árabes Unidos.
  • 2023: Unión Europea.
  • 2024: España.
  • 2025: Barcelona, España.
  • 2026: Italia (anunciado).

El corazón del comercio literario 

La importancia de la FIL Guadalajara va mucho más allá de lo local. Se trata de un espacio clave para la compraventa de derechos editoriales, lo que permite que libros en español se traduzcan y circulen en todo el mundo. En este sentido, el área de negociación se ha convertido en el corazón del comercio literario internacional. También es un motor económico para Jalisco, pues la feria es autosustentable y genera una derrama millonaria que beneficia a la ciudad. Además, la FIL se ha consolidado como un icono cultural de Guadalajara, al punto de ser considerada uno de los principales símbolos de identidad de la región.

El prestigio internacional de la FIL quedó reforzado en 2020, cuando fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, reconocimiento que compartió con el Hay Festival por su labor de difusión cultural y literaria. Este premio confirmó el impacto global de un proyecto que nació en el occidente de México y que hoy es una referencia indispensable en el mundo editorial y literario. “La Feria Internacional del Libro en Guadalajara, considerada la más importante del mundo de habla hispana, ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2020”, reportó EL INFORMADOR.

En el aspecto editorial, la FIL es considerada un auténtico termómetro de la industria del libro en español. Cada año, miles de profesionales se dan cita en el área de negocios, donde se concretan compraventas de derechos de autor, acuerdos de distribución y alianzas entre editoriales. Para muchos sellos independientes, la FIL es la oportunidad de encontrar visibilidad y abrir mercados que de otro modo serían inaccesibles, mientras que para las grandes editoriales representa un escaparate inmejorable para lanzar novedades y reforzar su presencia en Latinoamérica.

El impacto económico de la FIL en Guadalajara es enorme y va más allá del ámbito cultural. Hoteles y restaurantes suelen alcanzar ocupaciones récord durante los días de la feria, y la ciudad entera se transforma en un punto de encuentro cultural que atrae tanto a visitantes nacionales como extranjeros. Además, la FIL es un motor de capital cultural intangible, pues posiciona a Guadalajara como una ciudad referente en el mundo de los libros, lo que fortalece su identidad como polo cultural y académico en México y América Latina.

Grandes mentes

La FIL Guadalajara no solo es un punto de encuentro entre escritores, editoriales y lectores, también ha consolidado un sistema propio de reconocimientos que le otorgan un peso simbólico dentro del panorama cultural internacional. El más destacado es el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, instaurado en 1991 bajo el nombre de Premio Juan Rulfo, que luego cambió de denominación. Este galardón reconoce la trayectoria de autores que escriben en alguna de las lenguas romances -español, portugués, francés, catalán, gallego, rumano o italiano- y que han contribuido de manera significativa a la literatura universal.

Entre sus ganadores se encuentran figuras de talla mundial como: Nicanor Parra, Juan Marsé, António Lobo Antunes, Enrique Vila-Matas, Norman Manea, Margo Glantz, Yves Bonnefoy, Sergio Ramírez, Diamela Eltit y Lídia Jorge, por mencionar solo algunos. El premio no solo aporta prestigio, sino que también reafirma el papel de la FIL como un espacio de legitimación cultural en el ámbito literario internacional.

Además, la feria otorga reconocimientos en otras áreas, como el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, creado en 1993 para destacar la labor de escritoras iberoamericanas con obras de gran calidad narrativa. Gracias a este galardón, autoras como Carmen Boullosa, Cristina Rivera Garza, Valeria Luiselli y Fernanda Melchor han recibido un impulso adicional en sus carreras. También se entregan premios relacionados con la ilustración, la edición independiente, la difusión cultural y el periodismo literario, lo que permite que distintos actores del ecosistema del libro encuentren un espacio de reconocimiento.

CT

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