Entre pasajeros desorientados por la presencia de las cámaras, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el concejal de ERC en el Ayuntamiento de la capital catalana Jordi Coronas, aterrizaron ayer en el aeropuerto de El Prat, minutos antes de las once de … la noche. Ambos, junto a otros 19 activistas, regresan a España tras zarpar hacia Gaza a principios de septiembre con la denominada Flotilla, y pasar los últimos cuatro días en una prisión israelí tras ser interceptadas sus embarcaciones por el ejército del país. Así, ataviados con camiseta blanca y pantalón gris, la ropa que les dieron en la cárcel, tras los preceptivos abrazos con amigos, familiares e integrantes de sus formaciones, llegó el turno de las declaraciones. «Ha sido un viaje muy difícil, con un final complicado», fueron las primeras palabras de Colau, antes de denunciar que el arresto «en aguas internacionales» se trató de un «secuestro» y que durante su estancia en la cárcel sufrieron «maltrato». A lo que precisó que «no eso no es nada comparado con lo que sufre el pueblo de Palestina cada día».
La exedil ha señalado que contaban con la posibilidad de ser interceptados por Israel en su travesía, pero no con la «agresividad» y las humillaciones posteriores. «Llegamos a un puerto, nos hicieron bajar de los barcos, nos esperaban centenares de policías muy agresivos, muy violentos». Horas de rodillas y con la cabeza contra el suelo, gritos, insultos, arrancando prendas de ropa, ha denunciado Colau, ante tales «actos de arbitrariedad contra personas pacíficas«.
Tras el arresto los trasladaron hasta una prisión de máxima seguridad, donde algunos de los integrantes de la Flotilla no recibieron medicación, pese a padecer enfermedades crónicas. Eso sí, ante esta situación Colau subrayó que «lo más importante es parar el genocidio y abrir corredores humanitarios», tras celebrar las diferentes movilizaciones tras la interceptación de la Flotilla por parte del Ejército de Israel en aguas internacionales, el pasado 1 de octubre.
Finalmente ayer, 21 de los 49 tripulantes regresaban a España. Para poder hacerlo, ni Colau, ni Coronas firmaron el documento en el que debían admitir que habían intentado entrar de forma ilegal en Israel, según indicaron. En el caso del republicano, aseguró además que fue un policía quien falseó su firma, minutos antes de tomar el avión. Por su parte, Colau precisó que ella rubricó sólo su deportación, ya que se trataba de dos documentos distintos. Una precisión de ambos después de que la CUP explicase que tanto su presidenta en el Parlament, Pilar Castillejo, y el miembro de la dirección del partido Adrià Plazas se habían negado a firmarlo y por ello seguirían detenidos. Indicaron así en un comunicado que rubricarlo «implicaba asumir que habían intentado entrar de forma ilegal en el estado sionista de Israel, algo que es del todo incorrecto». Por ello, apuntaron que seguirían «ejerciendo presión internacional» desde la cárcel de Ketziot».
No han sido los únicos en negarse a firmar su deportación. Los tres representantes de Podemos que viajaban a bordo de la Flotilla, compuesta por un total de 44 barcos, tampoco lo han hecho. Se tratan del exdiputado de la formación morada en la Asamblea de Madrid y actual secretario Antirracismo, Serigne Mbayé, y dos dirigentes del partido en Baleares, Lucía Muñoz y Alejandra Martínez. El motivo, explicaron fuentes de Podemos, suscribir el documento implicaría reconocer una «entrada ilegal» en territorio israelí que no se ha producido. Martínez, además, inició el pasado martes, día en que fueron interceptados, junto a otros ocho activistas de la misión, una huelga de hambre.
En cuanto al recibimiento a los 21 integrantes que sí regresaron a España, decenas de concentrados, tanto en Barajas como en El Prat, portando kufiyas y banderas palestinas. No fue hasta pasadas las nueve de la noche, cuando los tripulantes de la Flotilla hicieron su aparición, procedentes de Tel Aviv en un vuelo directo comercial de la compañía Air Europa, sufragado por el Ministerio de Exteriores español. En la capital fueron recibidos por la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, y la ministra de Sanidad, Mónica García, que informó de que el Gobierno había traído un equipo médico para realizar un primer chequeo a todos los repatriados. «No significa que estén en mal estado de salud, es por si lo requieren», aseguró. Y añadió que «exteriores y el Consulado de España en Tel Aviv están trabajando para traerles de vuelta. Vendrán los próximos días [se refiere a los otros 28 españoles]».
Tras aterrizar en Madrid, Colau y Coronas pusieron rumbo a Barcelona, donde los recibió tanto una delegación de los ‘comuns’, como de los republicanos. Aguardando su llegada en la Terminal 1 estaban, entre otras figuras destacadas, el propio líder de ERC, Oriol Junqueras, y la secretaria general del partido, Elisenda Alamany.