El divorcio de Nicole Kidman y Keith Urban ha causado un fuerte impacto en Hollywood. La pareja, considerada durante años como una de las más sólidas del espectáculo, decidió poner fin a su matrimonio alegando “diferencias irreconciliables”. Después de casi dos décadas de vida en común y de compartir un inmenso patrimonio, ahora se abre un complejo proceso legal para definir cómo se repartirán sus bienes.
Durante su relación, la actriz australiana y el cantante neozelandés construyeron una fortuna conjunta gracias a sus carreras exitosas y a importantes inversiones inmobiliarias. Pero lo que realmente llama la atención son los detalles del acuerdo prenupcial que firmaron antes de casarse en 2006, el cual incluye cláusulas sorprendentes que hoy cobran un papel central en la división de sus bienes.
¿Cuánto dinero deberán repartirse Nicole Kidman y Keith Urban?
La cifra millonaria que está en juego en este divorcio es de 325 millones de dólares. Según documentos judiciales, Kidman acumula alrededor de 250 millones, mientras que Urban posee 75 millones. Esa cifra conjunta refleja tanto sus ingresos profesionales como las múltiples propiedades adquiridas en distintos países.
A lo largo de los años, la pareja invirtió en lujosas mansiones en Estados Unidos y Australia, además de varios apartamentos en exclusivos edificios con vista al puerto de Sídney. En conjunto, su portafolio inmobiliario supera los 280 millones de dólares, lo que convierte la división de bienes en una de las más costosas vistas en Hollywood en los últimos tiempos.
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La polémica «cláusula de cocaína» en el acuerdo prenupcial
Uno de los aspectos más llamativos del contrato firmado en 2006 es la llamada “cláusula de cocaína”, pensada en aquel momento por el historial de adicciones de Urban. El documento establece que el cantante solo puede acceder a una compensación económica si se mantiene alejado del consumo de drogas y alcohol durante el matrimonio.
Kidman aceptó entregarle 900.000 dólares por cada año de unión en caso de divorcio, siempre y cuando él demostrara haber permanecido sobrio.
Dado que estuvieron juntos 19 años, la suma asciende a más de 17 millones de dólares, aunque la validez de esa condición deberá probarse en tribunales. Urban ha declarado en varias entrevistas que su rehabilitación en 2006 marcó el inicio de su sobriedad, algo que podría jugar a su favor en este proceso.
La relación de Nicole Kidman y Keith Urban: casi dos décadas de historia
Nicole Kidman y Keith Urban se casaron en junio de 2006 en Australia y desde entonces compartieron innumerables momentos en familia y en la vida pública. Tuvieron dos hijas en común, Sunday Rose y Faith Margaret, y pese a las crisis, siempre proyectaron una imagen de estabilidad.
El matrimonio atravesó momentos difíciles, especialmente cuando Urban ingresó en rehabilitación pocos meses después de la boda. En ese episodio, Kidman organizó una intervención con familiares y amigos que el propio músico reconoció como decisiva para salvar su vida y su carrera.
Esa experiencia los fortaleció durante un tiempo, aunque finalmente las exigencias laborales y la falta de intimidad terminaron marcando distancia entre ambos.
Hoy, el final de esta historia abre un nuevo capítulo: la batalla legal por su multimillonario patrimonio y las cláusulas de un contrato prenupcial que ahora se vuelve crucial.
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El pasado de Nicole Kidman con Tom Cruise
Antes de su relación con Urban, la actriz australiana estuvo casada con Tom Cruise entre 1990 y 2001. Fue un matrimonio muy mediático en Hollywood, que incluyó tanto una intensa exposición pública como períodos de tensión.
De ese vínculo adoptaron a dos hijos: Isabella (nacida en 1992) y Connor (nacido en 1995). Después del divorcio con Tom Cruise en 2001, ambos optaron por vivir con su padre. Se reporta que ambos decidieron seguir la religión de su padre, la Cienciología, lo que habría influido en la relación que mantienen con Nicole.
Kidman ha dicho públicamente que mantiene silencio en muchos aspectos sobre esa relación familiar por respeto a sus hijos, afirmando que son adultos capaces de tomar sus propias decisiones, incluso en lo relativo a su fe religiosa.
Ella declara que su papel es amarlos, estar disponible, aunque reconoce que las circunstancias no siempre le permiten hablar abiertamente del tema con los medios.
También ha llamado la atención que en varias ceremonias de premios solo ha mencionado a sus hijas con Keith Urban y omita una mención explícita de Isabella y Connor. Esto generó especulaciones mediáticas sobre cuán cercana es la relación con sus hijos mayores, sobre todo dado el trasfondo de la Cienciología y cómo ésta podría afectar vínculos familiares.