El sábado se casaban Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan en la iglesia del Cristo de los Gitanos (Sevilla), tras nueve años de noviazgo. La elección del templo era un homenaje a la duquesa de Alba. Parte de las cenizas permanecen en la cripta.
La fiesta posterior acabó pasadas las dos de la mañana y la cerraron la novia y Amina, la madrina, con un baile en el escenario. Cabe destacar el buen rollo y la armonía no fingida entre Cayetano y su hermano Carlos, jefe de la Casa de Alba. A continuación, los siete secretos de una de las bodas más esperadas del panorama social del otoño.
Uno de los momentos más divertidos fue el discurso antes de que comenzara el almuerzo. Lo hizo Benji, el íntimo amigo de Bárbara, que compartieron colegio cuando ambos tenían siete años. Una carta donde destacaba los valores de la pareja, desde el punto de vista del conocimiento de ambos. Lo definieron como supererudito por las citas históricas, muy gracioso y con ironía al referirse a los prontos de Cayetano. Señaló que lo importa es el fondo y su buen corazón. Reconoce sus errores y pide excusas.
Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, a su salida de la iglesia. (EFE / Raúl Caro)
A los novios les cantaron la canción ‘Noches de boda’, de Sabina, al estilo mariachi. El grupo Los Alpresa fueron los encargados de hacerlo. Las mesas eran redondas de diez comensales y decoradas en tonos blancos y verdes. Los centros también en las mismas tonalidades y con flores del campo. El patio estaba decorado con toldos y en los laterales estores de esterillas, típicos de los cortijos andaluces.
No hubo regalos, sino detalles para los invitados. Paipáis para abanicar y alpargatas de colores lisos. Estaban en cestos de mimbre sobre unas mesas y colocados por tallas.
Uno de los regalos más bonitos fue el de Jacob Bendaham. Se encargó de elegir y preparar la música en la ceremonia religiosa. Fue uno de los gestos más alabados por los invitados que accedieron a la iglesia. Fue emocionante la entrada de Bárbara con el tema ‘La Califfa’ de Ennio Morricone, uno de los temas musicales más emotivos del compositor. En la consagración, se escuchó el ‘Aria de la Suite’, de Bach.
El brazalete de Grassy que llevó Bárbara Mirjan. (Grassy)
Otro momento emotivo fue cuando el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp colocó una mantilla blanca perteneciente a la duquesa De Alba sobre los hombros de la pareja. Les dijo que representaba la unidad, el hogar y los valores del matrimonio y con ese mensaje de “os convertís en uno”.
Los pendientes de la novia fue un regalo de Cayetano elegido en la joyería Grassy. El duque de Huéscar le regaló a Sofía Palazuelo el día de su boda unas piezas de esta misma firma. Bárbara mandó montar a la firma un brazalete a conjunto con la diadema.
Cayetano Martínez de Irujo y el duque de Alba antes de la boda. (Gtres)
La fiesta terminó con un baile a las dos de la madrugada de Amina y la novia subidas al estrado saltando y abrazadas. A destacar la buenísima sintonía del duque De Alba y Cayetano, de la que fueron testigos los invitados. No había que hacer el paripé de buena hermandad. Lo sintieron más con un abrazo profundo y largo. Cayetano se emocionó cuando vio Bárbara entrar en la iglesia.
Quien amenizó la velada, además de Los Alpresa, fue Miki Pavón, el dj más cotizado y querido de los novios. El pop español de los años 70 y 80. Consiguió que la gente no se sentará.
El sábado se casaban Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan en la iglesia del Cristo de los Gitanos (Sevilla), tras nueve años de noviazgo. La elección del templo era un homenaje a la duquesa de Alba. Parte de las cenizas permanecen en la cripta.