Rory McIlroy ha sido uno de los grandes protagonistas de la Ryder Cup. Los aficionados estadounidenses que presenciaron la competición en Bethpage se cebaron con el norirlandés, que no dudó en responder. McIlroy, de 36 años, tuvo que aguantar todo tipo de gritos e insultos, y hasta presenció como le arrojaron una cerveza a su mujer. 

Visiblemente emocionado, el norirlandés habló de lo sucedido después de proclamarse campeón de la Ryder, tras una dura jornada de individuales en la que Europa tuvo que sufrir más de lo esperado. McIlroy, clave en los dos primeros días, no pudo ganar su partido ante Scottie Scheffler, número 1 del mundo.

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«No deberíamos aceptar esto en el golf. Es un deporte que une a la gente, que te enseña valiosas lecciones para la vida. Te enseña a respetar a la gente y esta semana no lo hemos visto. Lo que ha sucedido no es aceptable en la Ryder Cup», apuntó McIlroy.

La próxima edición de la Ryder se disputará en Limerick (Irlanda) y el golfista confía en que la actitud de los europeos sea completamente distinta a la vivida estos días en Nueva York. «Ven y anima a tu equipo. Si fuera americano, me molestarían este tipo de comportamientos. No he escuchado muchos ánimos para Scottie, pero sí que he escuchado muchos gritos contra mí. Anima a tus jugadores…», señaló. Finalmente, reconoció que «ha sido una semana dura para todos nosotros, pero al mismo tiempo les hemos silenciado con nuestro juego y hemos intentado responder con clase. Creo que lo hemos conseguido».