El Barcelona vuelve a la máxima competición europea con la herida de la final de la Champions perdida en Lisboa aún fresca. “Es algo que no se olvida, nos hizo mucho daño”, confesó Irene Paredes. El discurso es de redención, pero también de ambición: “Lo utilizamos para que no vuelva a suceder. La capacidad de luchar por este título es total”. El estreno en la competición europea no será plácido. El nuevo formato de liguilla, novedad este año para la Champions femenina, eleva el listón. El primer obstáculo, el Bayern de Múnich. “Es un equipo completo, que nos vendrá a buscar arriba. Tendremos que sacar una muy buena versión para llevarnos los tres puntos”, aseguró el entrenador azulgrana, Pere Romeu. Pero si hubo una mención especial, fue para Klara Bühl, la extremo desbordante que bien pudo vestir de azulgrana esta temporada, pero que se le escapó al Barça.
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“Es uno de nuestros referentes. Es esencial, y representa los valores del Bayern”, aseguró el entrenador gallego del equipo alemán, José Barcala. A sus 24 años, Bühl es la extremo izquierda titular indiscutible en el Bayern —equipo al que llegó en 2020 desde el SC Freiburg, donde debutó con 15 años— y también en la selección absoluta alemana, en la que milita desde 2019. En Europa ha destacado por su desborde, su versatilidad con ambas piernas, su potencia y por su influencia en el juego, aunque también deja buenos números: dos goles y cuatro asistencias en cinco partidos esta temporada. “Klara nos aporta desborde, trabajo, una futbolista comprometida con los esfuerzos, capaz de eliminar rivales de manera individual”, explicó Barcala.
El Barcelona la tuvo en la mano. La temporada pasada, el club negoció con ella, e incluso llegó a visitar la Ciudad Deportiva en noviembre, con conversaciones para que llegase libre en 2025, cuando terminaba contrato con el Bayern. Pero el juego limpio financiero económico de la Liga, que también coarta al fútbol femenino al estar su masa salarial incluida en el cómputo global del club, condicionó su fichaje. Sin el visto bueno definitivo de más arriba del Barcelona, el acuerdo nunca se formalizó, y Bühl, que no pudo esperar más, acabó renovando con el Bayern el marzo pasado hasta 2027.
En Alemania celebraron su continuidad. “Como jugadora es pura potencia. Es fuerte con los dos pies y aporta mucho con su velocidad. Es capaz de decidir partidos y es muy valiosa para el equipo y el club”, la definió entonces Bianca Rech, directora de fútbol femenino del Bayern. El gigante alemán, segundo en la Bundesliga e igualado con el Wolfsburgo, busca dar un salto en Europa tras no alcanzar las semifinales desde 2021.
El Barça, mientras tanto, ha perdido muchas piezas este verano, aunque se ha repuesto con jóvenes promesas del filial como Clara Serrajordi o Aïcha Cámara. Además, las jugadoras destacan que este verano, a diferencia del pasado, han podido descansar. Y sobre el césped se ha notado: seis goles más en liga —31 frente a 25 el curso anterior— y solo un tanto encajado en lugar de los tres de hace un año. “Estamos atacando mejor que la temporada pasada, tenemos más ocasiones y concedemos muy poco”, resumió Romeu.
El técnico azulgrana, en su segundo año al frente del equipo, está rotando más para no caer en el error del curso pasado: un once titular fijo demasiado dependiente, y una alternativa B poco preparada. Este año, las variaciones son obligatorias y están sentando mejor al equipo. “Creo que es una manera de que todo el mundo se sienta importante. Todas somos capaces de rendir bien, el estilo de juego no cambia y los resultados ahí están”, valoró Paredes.
“Este equipo va a seguir dando guerra”, destacó Romeu. El año pasado, el club azulgrana perdió su primer partido de Champions contra el Manchester City. Esta temporada, el Bayern, con una futbolista diferencial que estuvo muy cerca de ser azulgrana, será el primer escalón en el camino del Barcelona para redimirse de la final de Lisboa.