La marcha de Aitor Ariño (33 años y 1,87 metros) este pasado verano fue, junto a la de Gonzalo Pérez de Vargas al THW Kiel en junio de 2024, una de las más dolorosas de las que ha sufrido el Barça en los últimos años.

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Después de toda un vida en el conjunto azulgrana, el extremo barcelonés se marchó, siendo el capitán y jugador con más títulos en la historia de la sección (74), rumbo al Füchse Berlín, vigente campeón de la Bundesliga y subcampeón de la EHF Champions League.

El cambio, significativo. Y la exigencia, máxima.

Y por si fuera poco, Ariño se encontró, al poco de llegar, con una inesperada crisis insitucional en el club berlinés: el director deportivo, Stefan Kretzshmar, dimitió de su cargo, y poco después, el director general, Bob Hanning, echó al entrenador responsable de la mejor temporada en la historia del club, Jaron Siewert, y colocó en su lugar a Nicolej Krickau.

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Un cambio que, a pesar de lo inestable de la situación, resultó de lo más positivo para el extremo exazulgrana.

Y es que, a las órdenes de Siewert, Ariño tenía un papel poco menos que residual y solo sumaba 2 goles en los cuatro primeros partidos -una media de 0,5 goles por encuentro- de la Bundesliga. 

Pero el barcelonés parece que ya ha encontrado su sitio en el equipo berlinés y prueba de ello son sus cifras goleadoras en los últimos partidos del Füchse en competición doméstica: cuatro goles al MT Melsungen de García Parrondo -y exequipo del ahora azulgrana Ian Barrufet-, dos más al ThSV Eisenach y, por último, cinco al HC Erlangen. En total, 11 goles en tres partidos, casi cuatro de media.

Así pues, Ariño ha empezado a destacar en un equipo en el que todo el mundo está a la sombra del mejor jugador del mundo, el ‘extraterreste’ Mathias Gidsel, que esta temporada está firmando unas cifras goleadoras al alcance de muy pocos.

No en vano, en la Bundesliga suma 59 goles -más de 8 por partido- y 30 asistencias -más de cuatro-, lo que supone que el lateral danés contribuye, en cada partido, en prácticamente 13 de los goles de su equipo.

Unas cifras que también destacan en la EHF Champions League, competición en la que es el máximo goleador, con 31 goles -más de 10 por encuentro-, además de repartir 7 asistencias.

Y si, hasta ahora, Gidsel contaba con otro exazulgrana como Lasse Andersson como fiel escudero en el aspecto goleador, si Ariño, todo un excapitán del Barça, también se suma a la causa, las opciones de los berlineses en todas la competiciones en las que participen, aumentarán exponencialmente.