Las turbulencias que atraviesa el mercado de deuda en Francia no se están trasladando, esta vez, al resto de la zona euro. La mayor estabilidad política, las mejores perspectivas económicas y la mejora de la calificación crediticia por parte de las agencias están permitiendo al Tesoro continuar su programa de financiación sin sobresaltos.
Una semana después de que el Gobierno anunciara una reducción de las necesidades de financiación en 5.000 millones de euros, el organismo que dirige Paula Conthe ha captado 5.632 millones en letras a seis y 12 meses. La expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) haya alcanzado ya la tasa neutral (aquella que ni estimula ni contrae la economía) contribuye a contener la caída de los rendimientos. El tipo de interés de la referencia a un año ha vuelto al entorno del 2%, nivel que no se veía desde abril.
Pese a este leve repunte, las rentabilidades siguen lejos de los máximos de hace dos años, cuando el BCE aceleraba las subidas de tipos para frenar la inflación. Esa moderación, sin embargo, no ha restado atractivo al papel español: la demanda en la última puja del Tesoro alcanzó los 9.790 millones, casi el doble de lo adjudicado.
El grueso de la emisión ha correspondido a las letras a 12 meses. Para esta referencia se han adjudicado 3.820,1 millones con un interés marginal del 2,021%, superior al 1,996% de la subasta anterior, y el tipo más alto desde el pasado abril. El repunte de los rendimientos ayuda a revitalizar el apetito de los pequeños ahorradores por las letras. Las peticiones no competitivas alcanzan los 797,25 millones, en línea con los volúmenes registrados en los últimos meses.
Los 1.812,02 millones restantes han correspondido a las letras a seis meses. A diferencia de la deuda a un año, en este caso las rentabilidades han vuelto a bajar un peldaño hasta situarse en el 1,958%. No obstante, los recortes son más moderados que los registrados meses atrás cuando el mercado descontaba un descenso más pronunciado de los tipos. La caída de los rendimientos no desalienta el interés de los ahorradores por la deuda española. Las peticiones no competitivas han superado los 1.043 millones.
El regreso de las vacaciones ha traído un tono favorable para la economía española. La fortaleza del mercado laboral y las revisiones al alza del crecimiento han permitido al Tesoro reducir la emisión neta de deuda en 5.000 millones. En un contexto en el que los países europeos prevén mayores emisiones para financiar el gasto en defensa, España aprovecha el buen momento fiscal para reforzar su compromiso con la consolidación. Con el ajuste, la emisión neta prevista para 2025 se situará en 55.000 millones, el mismo nivel que el año pasado.
Con casi el 90% del programa de financiación ya ejecutado, el mercado da por hecho que el Tesoro completará el resto del ejercicio con las emisiones ordinarias previstas en el calendario. Es decir, descartan la tradicional operación sindicada de vuelta de vacaciones, una emisión en la que el Tesoro se decantaba por referencias singulares como el bono verde que vendió en 2021 o la subasta de deuda a 12 años ligada a la inflación de 2024.
En lo que va de año, el Tesoro ha realizado tres emisiones sindicadas: dos bonos a diez años —una a comienzos de ejercicio y otra en primavera— y una a quince años en febrero, con las que ha captado en conjunto unos 35.000 millones de euros.