Dan Brown (Éxeter, Estados Unidos, 1964), el célebre superventas estadounidense que conquistó las listas de los más vendidos de todo el mundo con El código Da Vinci (2003), ha llegado a España para presentar El último secreto (Planeta), su nuevo libro.
Para este nuevo trabajo recupera la figura de Robert Langdon, el profesor de iconografía y simbología religiosa en la Universidad de Harvard que ya protagonizaba Ángeles y demonios (2000), El código Da Vinci (2003), El símbolo perdido (2009), Inferno (2013) y Origen (2017).
En esta ocasión, será Praga el escenario en el que dará inicio esta nueva historia. Langdon viaja a la capital de la República Checa para asistir a una conferencia impartida por Katherine Solomon, una científica noética con la que el profesor mantiene una relación amorosa.
Solomon es la cabeza visible de una nueva revolución científica: está a punto de publicar un libro en el que se exponen nuevos y prometedores descubrimientos sobre la conciencia humana que hacen tambalear los cimientos de todo el conocimiento establecido acerca del tema.
Sin embargo, un asesinato lo trastocará todo. Tras ello, Katherine desaparece junto con el texto que prometía cambiar nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. Langdon, entonces, comenzará una investigación para conocer el paradero de la desaparecida. Al mismo tiempo, lo perseguirá una organización secreta.
La noética, la disciplina que estudia la naturaleza de la conciencia, es la espina dorsal del nuevo relato de Dan Brown. Durante la rueda de prensa celebrada en Madrid en el Círculo de Bellas Artes, el propio escritor ha confesado que el libro nace de su propio interés sobre esta rama de conocimiento: «Es el fruto de mis propios estudios. Robert Langdon es escéptico, como también lo soy yo. Su viaje de aceptación es mi mismo camino, pasando de escéptico a ‘creyente’. El libro ha cambiado por completo mi perspectiva sobre la vida y la muerte».
En la novela asistiremos a un enfrentamiento entre los que apuestan por esta rama de conocimiento «alternativo» y un bando más tradicional: «unos son materialistas, aquellos que consideran que la conciencia es el resultado de procesos químicos en el cerebro. Los otros apuestan por la posibilidad de que el cerebro no es lo que habíamos pensado. Que no es más que un receptor. Cuando este muere, todavía queda en el ambiente la ‘señal’. Eso es la conciencia para ellos. Ambos están de acuerdo con los datos, eso es indiscutible. En lo que difieren es en su interpretación«.
Dan Brown durante la presentación de su nuevo libro ‘El último secreto’. Foto: Alberto Ortega / Europa Press
Una concepción de la realidad que no solo bebe de la noética, «sino también de todas las religiones», insiste Brown. «La ciencia y la religión explican lo mismo, lo único que cambia es el lenguaje con el que lo hacen».
El autor de El último secreto piensa que una revolución científica así no es la primera vez que ocurre: «Había un momento en el que creíamos que la Tierra era el centro del Universo. Era nuestra realidad. Pero había cosas que no cuadraban, de ahí lo que sucedió después, el giro copernicano. Lo que sugiero que puede suceder en esta novela es algo similar. Cuando el modelo no encaja, solo queda cambiarlo».
«La ciencia y la religión explican lo mismo, lo único que cambia es el lenguaje con el que lo hacen»
Una visión alternativa de nuestra realidad que puede traer cola en el mundo científico. «Cada vez que dices que el mundo no es como se supone que es, vas a recibir críticas», reflexiona Brown.Su libro más conocido, El código Da Vinci, ya despertó un encendidísimo debate sobre el relato alternativo que ofreció de la vida de Jesucristo.
El autor, no obstante, no cree que algo así vuelva a ocurrir en esta novela: «No me esperaba que la historia del Código Da Vinci provocara tanta controversia. No creo que en este caso ocurra así. Este libro no está en desacuerdo sobre lo que está ocurriendo, sino en el porqué. Además, la ciencia no despierta discusiones tan acaloradas como la religión, así que estoy tranquilo».
De la librería a Netflix
El libro se lanzó el 10 de septiembre de forma simultánea a nivel internacional, ocupando el número uno en las listas de más vendidos durante la primera semana en cada uno de los países donde se publicó, según confirma la editorial Planeta. En nuestro país se han vendido 150.000 ejemplares hasta la fecha.
Dan Brown es, al fin y al cabo, sinónimo de éxito asegurado, razón por la cual Netflix no ha tardado en comprar los derechos para una serie que adapte El último secreto a la pequeña pantalla.
«Las películas no son una réplica exacta de los libros. Es un talento totalmente diferente. Estoy muy contento con la adaptación de Netflix, porque tendrán alrededor de ocho horas para contar la historia, no solo dos», ha dicho Brown sobre la recientemente anunciada adaptación.
El tándem Langdon-Brown
A todo aquel que piense en Dan Brown le vendrá inevitablemente a la cabeza su personaje estrella, el profesor Robert Langdon. Autor y personaje mantienen una relación «profesional» de más de veinticinco años.
«Langdon es la persona que siempre había querido ser», admite el escritor. «Tiene una vida mucho más interesante que la mía, o al menos la tenía. Conforme yo evoluciono, él evoluciona. Tenemos muchas cosas en común, como nuestra fascinación por la historia, los símbolos y el conocimiento en general. Me siento muy conectado a él».
Aunque Brown reconoce que cuando habla de su personaje en las ruedas de prensa se siente extraño al hacerlo en tercera persona, insiste en que son dos personas distintas.
«Langdon es la persona que yo siempre había querido ser»
Para ilustrar la diferencia entre personaje y autor, Brown comparte otra anécdota en la que dijo a un periodista que Langdon era mucho más inteligente que él. Cuando su interlocutor cuestionó esa afirmación porque «todo lo que dice Langdon viene de la mente del autor», él replicó: «Lo que Langdon dice de pasada sobre un cuadro que ve en el Louvre viene de un trabajo mío de documentación de tres días«.
Vuelta a España
Brown ha manifestado su amor por España durante la rueda de prensa, país que ya utilizó para ambientar una de sus novelas, Origen. No descarta, ha transmitido, volver a utilizar en el futuro algún lugar de España como localización de algún nuevo libro.
Su amor por nuestro país lo ha llevado a considerar, incluso, que no se siente tan cómodo en su país con los recientes acontecimientos. Sin embargo, el estadounidense ha desmentido esa suposición: «Sé que Estados Unidos está pasando por un período extraño. Pero en mi mente no es más que un badén en una carretera. La historia de un país es muy larga, y este no es más que un episodio más».