El proceso de opa sobre una empresa cotizada está muy reglamentado; son partidos con miles de millones de euros en juego donde la presión sobre el árbitro, en este caso la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es extrema. La actual normativa de opas se redactó, de hecho, a resultas de una operación comparable, por volumen, repercusiones políticas y enconamiento, a la del BBVA sobre el Sabadell; la opa hostil de Gas Natural sobre Endesa. El decreto redactado posteriormente por el Tesoro acotó, en la medida de lo posible, la actuación de las dos partes una vez que ha arrancado oficialmente el proceso.
El Banco Sabadell, a apenas unos días de que concluya el periodo de aceptación de la opa, ha exigido a la CNMV que supervise si los inversores que declaran acudir a la operación acuden finalmente a la operación, y que indiquen también si lo harán con todas sus acciones. Una petición que encaja difícilmente con la normativa actual, que deja claro que la aceptación de la oferta siempre tendrá marcha atrás. Lo explica el Real Decreto en su artículo 34.3: “Las declaraciones de aceptación podrán ser revocadas en cualquier momento antes del último día del plazo de aceptación de la oferta”. El plazo de aceptación de la opa sobre el Sabadell concluye este viernes 10 de octubre.
El argumento del Sabadell es la posible manipulación de cotizaciones, según la nota de prensa publicada hoy. El banco se refiere a la decisión del fondo Algebris Capital, con el 0,05% del capital, de acudir a la oferta, tal y como desveló a la agencia Bloomberg. También se circunscribe, aunque sin mencionarlo expresamente, en plena guerra con su consejero y dueño del 4%, el inversor mexicano David Martínez Guzmán, con quien se han cruzado acusaciones en los últimos días. En el caso de Martínez, el accionista estaba obligado a comunicar su intención de acudir a la oferta, también en virtud de otro artículo de la normativa de ofertas públicas (en este caso es el artículo 24).
Hay, no obstante, situaciones en las que un inversor sí asume un compromiso irrevocable de acudir a la oferta. Ocurrió, por ejemplo, con la reciente autoopa de Naturgy, a la que acudieron con todo su capital todos los grandes accionistas (aunque luego solo vendieron un porcentaje de las acciones al tratarse de una oferta parcial). Y es, de hecho, el proceso habitual cuando una empresa compra una cotizada pactando con su principal inversor. Pero en esos casos se trata de compromisos previos a la oferta, y están registrados como irrevocables tanto en el anuncio de opa como en el folleto. Por su parte, la manipulación de cotizaciones está definida (en una de sus acepciones) como expresar, a través de los medios de comunicación, una opinión sobre un valor habiendo tomado posiciones en éste y haberse beneficiado de las repercusiones de la opinión en el precio.