Monforte de Lemos, 7 de octubre de 2025. La torre del Homenaje de Monforte se iluminará mañana 8 de octubre, Día Internacional de la Dislexia, de color azul turquesa, como gesto simbólico y muestra de solidaridad con las personas diagnosticadas con este trastorno del aprendizaje de la lectoescritura. La iniciativa está coordinada por Disfam y el Observatorio Internacional de Dislexia y otras Dificultades de Aprendizaje (OIDEA), y forma parte de la campaña internacional “Unidos por la Dislexia”, que pretende lograr una mayor concienciación y visibilidad de las personas con este trastorno.

“El Ayuntamiento de Monforte se suma a esta iniciativa y quiere hacerla extensiva a toda la ciudadanía iluminando de azul turquesa la torre del Homenaje, para sensibilizar sobre este trastorno que afecta a un 10% de la población mundial”, apunta el Alcalde, José Tomé Roca. En este sentido, desde Disfam indican que, en muchas ocasiones, la dislexia se detecta tarde por ser un trastorno totalmente invisible, que ocasiona la mayor parte de los fracasos y abandonos escolares.

Las organizaciones convocantes destacan el importante impacto que esta campaña tiene desde hace años y animan a las instituciones a iluminar de color azul turquesa algún edificio o monumento, en solidaridad con este colectivo. En el caso de Monforte, será la torre del Homenaje, en el conjunto monumental de San Vicente, la que haga visible el apoyo a este colectivo desde el Ayuntamiento de Monforte.

La dislexia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a dislexia como un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por una dificultad específica en el aprendizaje de la lectura y de la escritura, que tiene un origen neurobiológico. Se manifiesta como dificultades para decodificar palabras, conectar sonidos y letras, y para la comprensión lectora, afectando a personas de distintas edades y al rendimiento académico.

Las personas con dislexia manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, relevos, distorsiones, inversiones o adiciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión.

El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cual, estos escolares no pueden asimilar ciertos contenidos de materias como Conocimiento del Medio, porque no son capaces de llegar a su significado a través de la lectura. El alumnado disléxico tiene que poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, perder la concentración, distraerse y rechazar este tipo de tareas.

La dislexia no es una enfermedad, es una condición del ser humano como cualquier otra. Aunque las causas exactas de la dislexia no están completamente claras, la neurociencia muestra que la dislexia tiene un origen neurobiológico. Afecta a las zonas del cerebro que procesan el lenguaje y la comprensión de información. Las imágenes cerebrales muestran que, cuando la gente con dislexia lee, usa partes del cerebro distintas a las que usan las personas sin dislexia.

Se calcula que solo el 33% de los niños y niñas con dislexia reciben la atención profesional necesaria, y se estima que las dificultades de aprendizaje causan el 65% del fracaso escolar.

La evaluación e intervención temprana produce los mejores resultados. La mayor parte de las personas con dislexia puede tener éxito en la escuela con la ayuda de un programa de enseñanza especializada, así como con los ajustes y adaptaciones metodológicas o de acceso correspondientes. El apoyo emocional también juega un papel esencial en la construcción de autoestima frente a las dificultades que presenta este trastorno. En ocasiones, la dislexia permanece sin ser identificada hasta la etapa adulta, así que nunca es tarde para buscar ayuda y desarrollar estrategias compensatorias.