Ahora que se supo que las “mañaneras” son un negociazo para algunos perfiles afines a la Cuarta Transformación, ya es hora de desmantelar uno de los más grandes mitos del gobierno: la rendición de cuentas.
El 3 de diciembre de 2018, en la primera mañanera de Andrés Manuel López Obrador, el entonces presidente dijo que el formato de la conferencia matutina buscaba “informar de manera transparente sobre las acciones de gobierno” y responder preguntas para rendir cuentas.
Ahí, vimos a reporteros y periodistas de un sinfín de medios, lo cual daba cuenta de que verdaderamente, el objetivo se cumpliría.
Pero la realidad es que no fue, no es, ni será así.
El 29 de septiembre de este 2025, Latinus reveló que el influencer Omar Alejandro Niño Pérez cobró 174 mil pesos por llevar a la mañanera, el tema de la crisis de los cañeros de la huasteca potosina; es decir, no se trataba de darle voz a una demanda, sino de poner un tema sobre la mesa aprovechando la cercanía con la comunicación social de la 4T.
Y es que en promedio, el 40% de las preguntas que se hacen de lunes a viernes en las mañaneras, provienen de medios afines al régimen. Hay una preferencia incluso por ciertos medios en determinados días.
La propia periodista Reyna Haydee Ramírez reclamó a la presidenta que siempre le diera la palabra a los mismos aunque hayan participado en tres, cuatro o cinco ocasiones.
¿Es eso promover un “diálogo circular” para que haya una rendición de cuentas?
Según López Obrador, las mañaneras también serían un espacio para establecer un diálogo directo con el pueblo, fomentando la cercanía y la confianza; pero esto solo aplica para simpatizantes de la 4T.
En marzo de 2024, la propia Reyna Haydee acusó que personal de comunicación social de la Oficina de la Presidencia impidió su entrada a las mañaneras durante dos meses; otro caso fue el de Stephanie Palacios, quien acusó de igual forma sanciones en su contra por sus cuestionamientos a López Obrador.
Pero, ¿a quién sí dejan entrar y preguntar una y otra vez? Carlos Pozos, mejor conocido como “Lord Molécula”; un personaje que sin tapujos, ha rendido pleitesía una y otra vez al régimen, al grado de incluso llegar a incomodar tanto a López Obrador, dedicándole una calaverita, como a Sheinbaum, preguntándole por los ovnis.
Esa es la manera más fácil de identificar a los lambiscones, porque no solo es Pozos, sino todo aquél que le pregunte a la presidenta qué opina sobre lo que dicen los comentócratas; los que le pregunten sobre las mentadas de madre a otros expresidentes (que no sean AMLO, claro); o los que más que una pregunta, tengan un comentario adulador hacia la 4T.
Por si fuera poco, ha quedado demostrado que el engaño se acompaña de otras mentiras: de acuerdo con datos de SPIN Taller de Comunicación Política, en las mañaneras de López Obrador se dijeron en promedio 103 afirmaciones falsas, engañosas o que no se pudieron probar, todos los días.
La mentira, con Sheinbaum, sigue; porque cuando los cuestionamientos son serios e incisivos, la mejor respuesta será “ya no te voy a contestar”.