La Fira del Llibre d’Ocasió Antic i Modern, que el año que viene debe celebrar su 75ª edición, ha lanzado un SOS al Ayuntamiento de Barcelona para asegurar su continuidad tras las pintadas de la manifestación por Palestina que causaron desperfectos en las casetas de los libreros. El coste de la limpieza de los estands de la feria, que se ha celebrado del 19 de septiembre hasta este 5 de octubre en el paseo de Gràcia, por donde transcurrió la masiva protesta el pasado sábado, se eleva hasta los 15.000 euros y pone en riesgo su futuro. Se vieron afectados 91 paneles de un metro y 31 juntas, materiales con los que se acaban construyendo las 29 casetas -alquiladas a una empresa- presentes esta edición. «Un hecho aislado, de un grupo muy reducido» en una manifestación en la que «la mayoría de nosotros creemos», remarca y lamenta Erik Prats, al frente del Gremi de Llibreters de Vell y propietario de la librería Antigularia.

Sin un seguro que cubra este tipo de actos, Prats advierte que la feria está en serio peligro, algo que duele aún más si se pone la mirada en la 75ª edición prevista para el año que viene. Detrás del Ayuntamiento desde que sucedieron los hechos, todavía no han podido trasladar de tú a tú el problema a responsables del consistorio. «No es una falsa alarma, realmente peligra, no podemos perder la feria más antigua en esta modalidad de Europa por 15.000 euros. Para la mayoría de entidades, ayuntamientos, no es nada, pero para un gremio como el nuestro la puede dejar tocada de muerte, es así de crudo».

El gremio sí que ha podido contactar con algunos partidos políticos municipales para trasladarles que, más allá de que se asuma el gasto, el consistorio debe tomar «conciencia de la importancia de la feria e implicarse más allá de dejarnos el espacio». ·Estamos abiertos a cualquier propuesta», comparte Prats.

La feria, que basa su presupuesto (unos 115.000 euros) en subvenciones y cuotas de los agremiados, supone «una parte económica muy importante de todos los libreros». Y, más allá de eso, Prats remarca todo lo que representa culturalmente. «Más que una feria de libros para vender, es un acto cultural con actividades, visitas de personalidades, artistas, etcétera», zanja el presidente del gremio, que espera reacción por parte del Ayuntamiento y abre la puerta a que patrocinadores se interesen por la cita para poder celebrar -y hacer más ambiciosa- la 75ª edición.

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